Un pensionista afincado en Alicante

El presunto secuestrador de la niña suiza Ylenia Lehnard, Urs Han von Aesch, de 67 años, se instaló en 1991 con su mujer Vreni en una casa de campo en el extrarradio de la pequeña localidad de Benimantell, al norte de la provincia de Alicante.

En este municipio del interior, de apenas 500 habitantes, él y su mujer, ambos pensionistas, vivían retirados y sólo ocasionalmente abandonaban la finca durante breves escapadas a su país de origen. Los vecinos los definen como una pareja discreta, aunque a ella la califican como una mujer hosca y ermitaña que no gustaba de relacionarse con los vecinos.

Al parecer, Von Aesch era bastante creativo, habilidoso y con una extraordinaria pericia para fabricar herramientas. De hecho, en la década de los sesenta, el suizo ideó un eficiente sistema de clasificación y ordenación de archivos de oficina que le reportó pingües beneficios, un proyecto que vio frustrado con la generalización del uso del ordenador. Su destreza le posibilitó, incluso, fabricar una pistola, arma que fue incautada por la Guardia Civil después de un minucioso registro de casi siete horas el pasado 11 de agosto, cuando él ya estaba muerto, en su modesta finca de Benimantell.

Junto a las armas, los agentes decomisaron también diversa documentación y otras armas. Las autoridades suizas enviaron a Benimantell a un juez instructor, dos oficiales de la policía de Saint Gall y un miembro de la policía criminal federal para investigar la desaparición de Ylenia, desaparecida en Appenzell el pasado 31 de julio.

El suizo, principal sospechoso del secuestro, tenía antecedentes policiales, según el periódico Blick. Según este rotativo de Zúrich, Von Aesch fue arrestado en 1961 por intentar secuestrar al hijo de un industrial y, a la sazón, socio del propio Von Aetsch, a quien habría exigido 10.000 francos.

Advertida por el padre, la policía suiza detuvo al extorsionador.