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Reportaje:

Osakidetza y los sindicatos encallan

Sanidad y las centrales se emplazan al próximo miércoles para intentar cerrar un acuerdo

Seis días. Tal es el breve plazo que ha dado Osakidetza a los sindicatos para intentar cerrar un acuerdo sobre condiciones laborales de la plantilla sanitaria para los años entrantes. Ambas partes volverán a verse las caras el próximo miércoles después de que la reunión que celebraron ayer encallara, al terminar sin el menor avance. Paradójicamente, uno de los principales escollos que se dibujan a la hora de cerrar un pacto es el acuerdo que en junio pasado alcanzó la dirección de Osakidetza con el Sindicato Médico de Euskadi (SME) y que el resto de centrales rechaza.

El director de Recursos Humanos de Osakidetza, José Andrés Blasco, advirtió a las centrales de que el tiempo de la negociación llega a su fin y se comprometió a detallar con exactitud los 20 puntos que contiene su propuesta y que ayer, se limitó, según las centrales, a enumerar. "Sin saber lo que se ofrece concretamente no se puede negociar", zanjó la representante del sindicato de enfermería (Satse), Encarnación de la Maza, tras la cita.

Además, y en lo que parece que se ha convertido en uno de los caballos de batalla, las centrales exigen a Osakidetza que presente una propuesta que no esté supeditada al acuerdo pactado con el Sindicato Médico. ELA, central mayoritaria en el ámbito sanitario, estima que el contenido de ese acuerdo "perjudica al modelo sanitario público" al tender hacia la privatización. El rechazo del resto de centrales a ese pacto es unánime.

Nere Urrestarazu, responsable de sanidad de ELA, confirmó tras la tercera reunión de la mesa sectorial que el protagonista de la jornada fue el acuerdo con el SME y que el resto de propuestas planteadas por Osakidetza resultaron "muy genéricos", lo que hace "difícil" apreciar el compromiso real de la Administración. "Lo que Osakidetza ha firmado con el 10% de la representación de la mesa [el peso del SME en este foro], se quiere imponer como condición para entrar a negociar planteamientos para el resto de colectivos", reprochó.

Osakidetza replicó que ha puesto sobre la mesa mejoras "importantes" en las condiciones retributivas y de trabajo para toda la plantilla (casi 26.000 empleados). Su voluntad es alcanzar acuerdos dentro de unos límites "razonables", con lo que de alguna manera pretende acotar el terreno de juego con los sindicatos y su margen de maniobra. Blasco instó a las centrales a no prolongar indefinidamente el proceso de negociación y recordó que sus propuestas ya han sido abordadas en sesiones bilaterales y reiteradas en las otras dos reuniones de la mesa sectorial, celebradas en junio.

Blasco admitió que la puesta en marcha de las mejoras propuestas por la Administración requiere del acuerdo con los sindicatos para que después sean refrendadas por el Consejo de Gobierno. En esta línea, avanzó la intención de Osakidetza de consolidar el empleo y crear plazas convocando una oposición en 2008.

Tras encallar en esta cita, que se presumía casi definitiva, alguna de las partes deberá flexibilizar sus posturas. Blasco dejó entrever que el acuerdo con el SME va en el mismo paquete que el resto de medidas, entre ellas extender la carrera profesional a todos los colectivos de Osakidetza (al margen de médicos y enfermeras, que ya cuentan con ella). El enfado del resto de centrales con este acuerdo llega al punto de que ELA lo elevará al Ararteko para denunciar "la vulneración de las condiciones de la negociación colectiva" en la Administración.

De momento, las centrales han quedado en reunirse el próximo lunes para analizar las 20 propuestas de Osakidetza y adoptar una estrategia común de respuesta. La fuerte conflictividad laboral que ha sacudido a la sanidad vasca en los últimos años, alertagada en el periodo estival, amenaza con rebrotar en otoño. ELA y el Satse, los dos sindicatos con mayor representación, son los que mantienen la pugna más dura. Ambos han llegado a convocar huelgas y paros casi en solitario, aunque en ningún momento han llegado a paralizar el sistema. El Satse incluso ha hecho una huelga de celo este año para protestar por el diseño de carrera profesional para la enfermería.

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