Unió amenaza a Convergència con romper la unidad de voto en el Parlament

Los 14 diputados de Unió Democràtica (UDC) van a respetar la disciplina de voto en el grupo de CiU en el Parlament pero hasta cierto límite. Los democristianos piensan advertir a sus socios de Convergència Democràtica (CDC) de que no se les ocurra presentar alguna moción de carácter soberanista o que defienda el referéndum de independencia, propuesto por Josep Lluís Carod, en el debate de política general de la próxima semana en el Parlament. Unió votará en contra de cualquier moción de estas características sea de Convergència o de Esquerra Republicana.

La pugna por el voto soberanista entre Convergència y Esquerra Republicana ha arrastrado a ambos grupos en el Parlament a presentar mociones de signo independentista o a favor de la autodeterminación de Cataluña en varias ocasiones. La última, el pasado mes de marzo, en un debate monográfico sobre el nuevo Estatuto. El grupo de CiU planteó incluso la creación de un "Estado propio" para Cataluña, en una deriva que sorprendió a los diputados más moderados. La moción de Esquerra no obtuvo el beneplácito de la Cámara, porque ningún otro grupo las respaldó. Los convergentes retiraron la suya al conocer que los republicanos tampoco la apoyarían.

En ese pleno, los democristianos apoyaron a regañadientes todas las gestiones de Convergència para intentar pactar una resolución común con Esquerra Republicana. Pero hasta el propio líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, se arrepintió a la mañana siguiente por no haber frenado el cariz independentista que había tomado el debate.

Ahora, según fuentes de Unió, la situación no volvería a repetirse. La crisis desatada entre ambos partidos de la federación por la apuesta de Artur Mas de refundar el catalanismo -que Duran prevé como un giro hacia posiciones soberanistas- podría afectar el comportamiento de Unió en el debate de política general de la próxima semana en el Parlament.

El portavoz parlamentario de Unió, Josep Maria Pelegrí, piensa comunicar a su homólogo convergente, Felip Puig, que los democristianos votarán en contra de cualquier moción que consideren una radicalización de los planteamientos catalanistas de la federación. Es decir, ni posiciones soberanistas y ni mucho menos referendos independentistas como el propuesto por Carod Rovira.

Pelegrí pedirá a Puig que no sea al menos Convergència la que presente una moción de esta índole porque entonces Unió lo interpretaría directamente como un desafío de sus socios. La crisis en la federación, que hasta este momento se ha limitado a una guerra declarativa entre Duran y Mas, pasaría de las palabras a los hechos. Si la moción viene del bando republicano, la posición de Unió sería la misma, pero ya no se entendería como una provocación.

Ayer, en la reunión del grupo parlamentario de CiU en Sant Sadurní d'Anoia, ambas formaciones se conjuraron para aparcar una mañana sus desacuerdos. Artur Mas afirmó, en la conferencia de prensa posterior, que Unió y Convergència están más unidos que nunca. "Les puedo asegurar que no se ha hecho ningún comentario sobre el tema durante la reunión porque no corresponde al grupo parlamentario. La unidad se demuestra por la vía de los hechos y la federación sigue trabajando en el día a día", sostuvo.

Horas antes, Pelegrí, en una entrevista en la emisora COM Ràdio, reiteró su rechazo a la propuesta de Mas de reformular el nacionalismo y convertir CiU en la casa común del catalanismo. "Podemos ensanchar nuestra base electoral, por supuesto que sí, pero si esto implica asumir planteamientos que Unió no puede ni quiere asumir, pues no será posible continuar hasta ahora". "Nuestra ideología no es compatible con comunistas, marxistas o liberales", abundó.

La diferenciación ideológica subrayada por Unió sirvió ayer a la plataforma convergente Desfederémonos para exhortar a Mas a romper la federación nacionalista. "Peores resultados que con Duran de candidato en 2004 no los tendríamos en solitario", señalaron sus miembros en un comunicado.