El triunfo del minivestido
Corto, muy corto. Tanto que la Ministra de Administraciones Públicas, Elena Salgado, se echó las manos a la cabeza: ¡No me puedo poner esas faldas! tras ver la colección de Devota&Lomba. El segundo día de la 46ª edición de la Pasarela Cibeles dejó claro que los diseñadores quieren enseñar mucha piel la próxima primavera-verano y que apuestan por trajes sensuales, femeninos, vaporosos y cómodos.
El primero en salir fue el presidente de la Asociación de Creadores de moda España, Modesto Lomba, que definió su colección como hippynauta, una mezcla de la tecnología y de medio ambiente. Su línea estuvo marcada por combinaciones de verdes y amarillos, formas muy geométricas, vestidos con cajas en la cintura y faldas muy cortas.
Tras Lomba, el veterano diseñador cordobés Elio Berhanyer, que lleva 54 años en el mundo de la moda. Presentó su primera colección masculina prêt à porter de la mano del espectacular modelo Andrés Velencoso. Sobre la pasarela, trajes de línea náutica y de estilo años 50 con camisas de cuellos italianos. El color llegó con la colección femenina. Morados, rojos y rosas. Berhanyer sorprendió con vestidos de inspiración oriental y con mini vestidos de estampados religiosos. Javier Larrainzar salió con una colección de corte impecable. Y como complemento, la línea de bolsos diseñados por Isabel Sartorius.
Ailanto -muy inspirado en la película Blow Up (1966), de Antonioni- presentó una línea pop y psicodélica. Entre el público, una actriz y modelo protagonista de la película: Veruschka. Los gemelos bilbaínos Iñaki y Aitor Muñoz, con este homenaje a los años 60, llevaron un poco de aire fresco. Roberto Torreta también ha apostado por los minivestidos y por realzar la sensualidad femenina. El creador ha jugado con una paleta compuesta por tres familias: beige y verde manzana; la gama de blancos y el negro mezclado con fucsia. Los abrigos de noiré negros y beige han emocionado al público.
Miguel Palacio sorprendió con gamas de lilas, calderas, beige y verde claro. Las camisas de crêpe de seda, adornadas con lazos, fueron las protagonistas del desfile. Y sus vestidos de mousseline de seda por la rodilla despidieron ayer Cibeles.