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Los informes oficiales del accidente laboral de Bionor siguen pendientes una semana después

CCOO teme que la investigación se retrase al participar el Gobierno en el capital de la firma

Pedro Gorospe

Osalan y la Inspección de Trabajo siguen investigando las causas del accidente laboral mortal registrado el pasado jueves en la planta de la empresa Bionor en Berantevilla, la mayor de biodiésel de Euskadi. Dos trabajadores han muerto y otros dos seguían ayer hospitalizados. La fiscalía de la Audiencia de Vitoria está a la espera de recibir esos informes para reclamar resposibilidades ponsabilidades. CCOO teme que la participación del Gobierno en Bionor (Industria y Agricultura controlan el 25% de su capital) pueda ralentizar la investigación de la Inspección.

El informe preliminar de Osalan, el instituto vasco de seguridad laboral, concluyó que en el lugar de los hechos -una nave con una depuradora- no existía ningún medio de protección personal ante posibles intoxicaciones. El accidente se produjo en una nave sin medios de ventilación forzada y que sólo cuenta con la entrada de aire por sus portones y ventanas.

Los técnicos de Osalan y la Inspección de Trabajo, quienes deben concretar si se ha incumplido la Ley de Prevención de Riesgos, pasaron el fin de semana en las instalaciones de la planta recabando más información, lo que hace pensar que están elaborando informes muy completo sobre un accidente que ha causado extrañeza entre los sindicatos y personas conocedoras de las instalaciones.

Fuentes no oficiales de la empresa explican que no hubiese allí mascarillas de protección porque ninguno de los operarios tenía que estar dentro del tanque, expuesto a las emanaciones de los 25 centímetros de lodos existentes. "Es difícil saber qué hacía una persona allí dentro", indicaron las citadas fuentes.

Los cuatro trabajadores ponían a punto una depuradora de nueva construcción cuando se produjo el accidente. Pertenecían a las empresas Sitecma y Coopenor, ambas de Vizcaya.

Según las primeras investigaciones, Ángel González R. se hallaba dentro del depósito cuando comenzó a sentirse mal. Al percatarse de ello, su padre, Ángel González Zotes, de 58 años, bajó al tanque para tratar de auxiliarle. Instantes después, dos ingenieros de Sitecma, Raffaele Rozzi y Pedro M.G., observaron que los operarios no salían y se lanzaron a socorrerles. Rozzi, de origen italiano, 36 años y domiciliado en Bilbao, falleció tras ser rescatado por los bomberos del depósito. González Zotes fallecía el pasado sábado en el hospital vitoriano de Txagorritxu al no poder recuperarse de sus lesiones. Los otros dos heridos seguían ayer internados en el Hospital Santiago, también en Vitoria, en estado "muy grave", si bien uno de ellos ha mostrado algún signo de mejoría, según indicó Osalan.

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Los cuatro empleados sufrieron una intoxicación por monóxido de carbono y otros gases tóxicos. Los dos hospitalizados precisan de ventilación asistida para poder respirar. Ambos seguían sedados ayer por la tarde, confirmaron fuentes hospitalarias. Bionor había contratado los servicios de la empresa Sitecma para realizar las labores de supervisión y de Coopenor para los trabajos concretos de montaje.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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