Brasileños y brasileños
Me gustaría aprovechar la reciente nacionalización del jugador de fútbol Ronaldinho para llamar la atención sobre la incomprensible discriminación que aún sufren sus compatriotas brasileños en nuestro país, en aspectos tan impensables como la eternamente pendiente convalidación del carné de conducir (que ya disfrutan países limítrofes como Argentina o Chile e incluso otras naciones sin tradición cultural española como Marruecos o Argelia) y que obliga a sus ciudadanos, aun residiendo legalmente en España, a necesitar el carné internacional de conducir con una validez de un año y que les impide conducir vehículos que no sean alquilados.
¿Por qué, incluso teniendo la doble nacionalidad hispano-brasileña, tienen que hacer frente a los más de 600 euros que cuesta cualquier autoescuela cuando la convalidación sólo les supondría un desembolso de 17,80 euros?
A ver si la tradicional solidaridad hispánica puede pasar de la teoría a la práctica antes de la próxima visita de Lula.