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Francia crea otro campeón nacional

Gaz de France (GDF) y Suez anunciaron ayer oficialmente su fusión; un acuerdo del que surgirá un gigante energético -el tercero del mundo por capitalización bursátil- que supondrá la privatización de GDF y que obligará a Suez a desprenderse de sus activos en el campo del saneamiento de aguas, la ecología y la limpieza. El Estado francés controlará más del 35% del nuevo grupo, bautizado GDF Suez, lo que le asegura una minoría de bloqueo. El presidente de Suez, Gérard Mestrallet, y el de GDF, Jean-François Cirelli, indicaron que el proceso de fusión se cerrará a lo largo del primer semestre de 2008. Ha sido finalmente el presidente Nicolas Sarkozy quien ha impulsado el cierre de esta operación lanzada hace 18 meses por el entonces primer ministro francés, Dominique de Villepin, para evitar la OPA lanzada por la italiana Enel contra Suez. Formaba parte del "patriotismo económico" propugnado por el entonces jefe del Ejecutivo.

El primer ministro Fillon considera que se trata más de una "nacionalización" de Suez que de una privatización de GDF
La fusión de ambas empresas implica que el 65% del negocio medioambiental de Suez empiece a cotizar en Bolsa
El Estado francés mantiene más del 35% del grupo resultante, GDF Suez, que liderará el presidente de la franco-belga
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Sarkozy nunca vio con buenos ojos esta operación. El actual jefe del Estado era partidario de buscarle a GDF una pareja proveedora de gas, que aportara una dote en forma de yacimientos. Lo intentó con la argelina Sonatrach, sin éxito. Pero la semana pasada, con una inusitada urgencia, Sarkozy reavivó las brasas de la operación.

El principal problema radicaba en la importante revalorización de los títulos de la franco-belga Suez, que si hace 18 meses hubieran podido canjearse uno por uno con los de GDF, ahora casi triplicaban su valor. Sarkozy sugirió un "adelgazamiento" del grupo que, además de producir y distribuir electricidad -esencialmente a través de su filial Electrabel y sus centrales nucleares- se extenderá a otros sectores extremadamente rentables como el saneamiento de aguas, el reciclaje de residuos o el sector del medio ambiente.

Canje de acciones

Mestrallet le respondió con una negativa. Pero el viernes ambas partes encontraron la solución. Suez creará una filial con todas las actividades ajenas al sector energético que tendrá un volumen de negocio de 11.400 millones de euros y 60.000 trabajadores. GDF Suez controlará el 35% del capital de este nuevo grupo especializado en el área de medioambiente que cotizará en Bolsa.

Dadas las reticencias que despierta en Francia cualquier proceso de privatización de empresas públicas, lo último que quería Sarkozy era que la fusión llevara al pago en efectivo de una prima a los accionistas de Suez. Esta operación es la que permite que la fusión sea casi entre iguales, a razón de 21 acciones de GDF por 22 de Suez.

Fuentes citadas por el diario Le Monde aseguran que Mestrallet no estaba en absoluto de acuerdo con deshacerse del polo medioambiental para reducir el valor de Suez. Fueron los grandes accionistas de esta empresa, concretamente Albert Frere -amigo personal de Sarkozy- y el presidente del Crédit Agricole, Rene Carron, quienes presionaron a Mestrallet para que cediera, permitiéndole salvar la cara con este mecanismo. Para el Gobierno francés, lo importante era salvar a GDF, una empresa que se había reducido a una simple red de distribución, carente de recursos propios.

Las centrales sindicales francesas, que se habían opuesto a la fusión desde el primer momento esencialmente porque suponía de facto la privatización de la gasista francesa, criticaron duramente ayer la decisión y anuncian movilizaciones en contra. También las asociaciones de defensa de los consumidores advierten contra una subida de las tarifas, pese a que Mestrallet, Cirelli y el primer ministro, François Fillon, aseguraron ayer que no se producirá.

Un grupo creador de empleo

Suez tiene actualmente 140.000 trabajadores en todo el mundo y GDF 52.000. Los sindicatos temen una importante pérdida de puestos de trabajo, especialmente los de la gasista que son empleados públicos y disfrutan de importantes beneficios laborales y de todo tipo. Lo primero que dijo Mestrallet ayer fue que el proyecto es "creador de empleo".

Sumada la capitalización bursátil de GDF y Suez se obtiene la cifra de más de 90.000 millones de euros, lo que coloca al grupo resultante de la fusión en el tercer lugar del mundo, por detrás de la alemana E.ON y por delante de la española Iberdrola. El primer lugar lo ocupa la también francesa EDF, que al igual que GDF sigue en manos del Estado francés. En este sentido, y en lo que hace referencia al mercado francés, la llegada de GDF Suez supondrá la siempre aplazada apertura del mercado eléctrico, hasta ahora dominado de forma total por EDF. El nuevo grupo será el primer comprador y comercializador de gas en Europa, la quinta eléctrica europea y dispondrá de la primera red de transporte y distribución.

La oposición y los sindicatos han recordado una y otra vez que Sarkozy, cuando ocupaba el ministerio de Economía en 2004, prometió solemnemente que nunca privatizaría ni EDF ni GDF. Su primer ministro, François Fillon, salió en su defensa argumentando que, de hecho la operación supone más una nacionalización de Suez que una privatización de GDF. "Es mejor que el Estado tenga casi el 40% de GDF-Suez que el 80% de GDF". "Tenemos el control y mantenemos la estrategia", añadió.

La encendida defensa del proyecto que realizaron ayer en París los presidentes de los dos grupos no consiguió despejar las dudas sobre las bondades de la fusión y las posibilidades de llevarla a buen puerto. Muchos especialistas señalan la dificultad de ensamblar a dos empresas con culturas tan diferentes. Mestrallet será el presidente-director general y Cirelli el número dos del nuevo grupo.

Cámaras de televisión aguardan la comparecencia de Mestrallet y Cirelli.
Cámaras de televisión aguardan la comparecencia de Mestrallet y Cirelli.AP

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