Haggis y Loach abren las trincheras
Cada ser humano es único, irrepetible. Pero la humanidad, en su conjunto, forma una materia prima inagotable y barata: carne para la guerra, músculo para el trabajo, una montaña de vida hecha para consumir y ser consumida. Dos películas tremendas sobre las miserias de la sociedad y la política retorcieron ayer las entrañas del público de la Mostra, y establecieron el nivel máximo alcanzado hasta ahora por el certamen veneciano.