El aeropuerto de Reus pierde pasajeros tras la llegada de la alta velocidad a Tarragona
Las ayudas a Ryanair suben de 1 millón a 2,7 millones sin que se concreten nuevas rutas
El aeropuerto de Reus se ha estancado. Por una parte, la llegada del tren de alta velocidad (AVE) a Tarragona ha tenido como consecuencia la supresión del vuelo diario que unía esta localidad con Madrid. Por la otra, y tras un año de negociaciones, la Generalitat y las instituciones del territorio no han logrado que la compañía de bajo coste irlandesa Ryanair abra nuevas rutas. Ambas circunstancias han precipitado que el número de pasajeros durante el pasado mes de julio cayera el 2% respecto del año anterior. El descenso se eleva al 8,6% en lo que va de 2007.
Son los últimos datos difundidos por AENA, el ente público que gestiona los aeropuertos españoles. Y las cifras contrastan con los incrementos importantes, de dos dígitos, de que pueden alardear los aeropuertos cada vez más especializados en captar rutas de aerolíneas de vuelos baratos. El año pasado circularon por Reus (Baix Camp) un total de 1,38 millones de pasajeros, exactamente igual que el aeropuerto de Jerez de la Frontera y muy por debajo de los 3,8 millones que circularon por Girona.
El estancamiento del aeropuerto de Reus se produce, de forma paradójica, en paralelo a las mayores inversiones jamás aprobadas para esta infraestructura, que espera estrenar una nueva terminal en 2010, que sustituirá las dos actuales. Y no ha pasado inadvertido en el territorio, donde ha originado ya reacciones y acusaciones.
Tarragona reclama la creación de un ente gestor con una estructura profesional, pese a que el Estado aún no ha traspasado la gestión a la Generalitat.
"No puede ser que el político se dedique a captar nuevos vuelos", se queja el alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros (PSC), quien atribuye el actual estancamiento del aeropuerto de Reus a que "el anterior presidente del Consorcio del Camp de Tarragona no creía en este órgano". Ballesteros se refiere a su antecesor, Joan Miquel Nadal (CiU), quien presidió un consorcio creado en 2001 y que fracasó en su intento de aunar instituciones públicas y agentes económicos del territorio para diseñar estrategias comunes.
"Debemos crear un ente embrionario que profesionalice la tarea de captar vuelos y que sirva de modelo para cuando la gestión aeroportuaria esté traspasada a la Generalitat", sostiene el alcalde de Tarragona. En este órgano tendrían representación las cámaras de comercio, las administraciones públicas y también las propias compañías aeronáuticas.
La Generalitat ya ha planteado al Gobierno central un modelo para los aeropuertos secundarios (Reus, Girona, Sabadell y Lleida) que quiere utilizar como laboratorio de ensayo para el futuro de El Prat. Cada uno de estos aeropuertos se gestionará de forma individualizada. Y un nuevo ente público gestor de aeropuertos, una AENA catalana que se llamará Aerocat, tendrá el 51% de la empresa que pilote cada aeródromo. El resto quedará en manos de ayuntamientos y cámaras de comercio. Aerocat y sus socios podrán adjudicar la explotación a una empresa privada.
El alcalde de Reus, Lluís Miquel Pérez (PSC), defiende también la necesidad de captar nuevos vuelos. Pese a que los principales ayuntamientos del territorio y la Diputación provincial aprobaron hace 10 meses un notable aumento de las subvenciones a la compañía de bajo coste Ryanair -de 1 millón de euros anuales a 2,7, en los que también participa la Generalitat-, ésta no ha concretado aún la apertura de las 12 nuevas rutas con destinos europeos que han entrado en la negociación.
"Tanto la Generalitat como el Ayuntamiento estamos trabajando en esta línea", señala Pérez, quien añade que cuando esté lista la nueva terminal del aeropuerto, ésta absorberá un tráfico de hasta siete millones de pasajeros al año.
Fuentes de AENA atribuyen el retroceso de Reus exclusivamente a la supresión del vuelo Reus-Madrid decidida en el pasado mes de marzo. Durante sus 12 años de operación, este vuelo transportó a 268.014 pasajeros.
"Los vuelos chárter funcionan bien, como siempre, y las nuevas infraestructuras tienen que suponer un nuevo aliciente para las compañías", sostiene al respecto el diputado reusense Francesc Vallès (PSC), quien cree que el traspaso de competencias al ámbito catalán facilitará "la capacidad para captar nuevas rutas".
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