"Gano en nueve meses lo que allá en tres años"
Cientos de rumanos regresan cada temporada a Canarias para trabajar en la agricultura
Ion Boulean acaba de regresar por tercer año consecutivo a La aldea de San Nicolás, un pueblo de unos 8.300 habitantes en Gran Canaria, para cultivar las tierras de Guillermo Quintana. Ha vuelto, como los dos años anteriores, con un contrato de trabajo firmado en su país, Rumania, por un periodo de nueve meses. Cuando a finales de mayo vuelva a su casa habrá ganado algo más de 5.000 euros. "¡Trabajando en mi país tardaría al menos tres años en reunir esa cantidad!", explica Boulean, de 38 años.
Este año se le unirá su mujer. "Viene de Rumanía dentro de un mes, a trabajar conmigo en los cultivos de tomate. Así ganaremos más dinero. Guillermo me ha dicho que podremos vivir juntos en un piso", explica Boulean, que, de momento, se aloja en un apartamento alquilado propiedad del agricultor que lo ha contratado, con otros tres compañeros de trabajo, también rumanos.
Guillermo Quintana siempre les ha proporcionado alojamiento durante el tiempo que trabajan en sus tierras. Éste es el tercer año que contrata a trabajadores extranjeros en sus países de origen a través de la COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos) de Canarias. El primer año eran senegaleses. Éste, rumanos. "Estoy muy contento. He contratado a 15 por esta vía, y trabajan mucho y muy bien. Sobre todo las mujeres. Cada año vienen más", explica Quintana.
Boulean ha hecho ya muchos planes con el dinero que van a ganar él y su mujer en los próximos nueve meses. "Quiero comprarme un coche, hacer arreglos en casa...", responde en un descanso en la faena, desde La Aldea de San Nicolás. "Me levanto a las seis y media de la mañana y trabajo hasta las cinco. Mi tiempo libre lo dedico a echarme siestas", confiesa.
Él también viene de una localidad pequeña, un pueblo situado al sur de Rumania. Allí también se dedicaba al campo "aunque a otros cultivos: maíz, sandía, melón...". Cuando hace tres años vino por primera vez a trabajar a España con su contrato debajo del brazo, nunca antes había salido de su país. "Era la primera vez que viajaba en avión. Me gustó mucho. No tuve nada de miedo", explica en el castellano que le ha dado tiempo a aprender en estos tres años.
Con Boulean llegaron otros 178 rumanos para trabajar en La Aldea de San Nicolás. COAG de Canarias suele gestionar en Rumania contratos de trabajo para unos 700 al año. El que viene muchos serán de Senegal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
Archivado En
- Rumanía
- Inmigrantes europeos
- Permisos trabajo
- Jornaleros
- Permisos residencia
- Comunidades autónomas
- Inmigrantes
- Empleo rural
- Europa este
- Canarias
- Inmigración
- Administración autonómica
- Europa
- Empleo
- Política migratoria
- Migración
- Agricultura
- España
- Política laboral
- Agroalimentación
- Trabajo
- Administración pública
- Demografía
- Sociedad