"Sin ellos no se podría salir al mar"
Una agrupación de empresas ha contratado a casi 7.000 marineros en el extranjero para aliviar el déficit de pescadores españoles
Preside una maquinaria con más de 7.000 trabajadores, de los cuales, "prácticamente el 100%" son contratados en su país: "Angola, Argentina, Australia, Brasil, Camerún, Chile, Costa de Marfil, Ecuador, Gabón, Guinea Bissau, Guinea Conakry, Isla de Santa Elena, Malvinas, Ecuador, El Salvador, Mauritania, Marruecos, Mozambique, Namibia, Panamá, Perú, República del Congo, Rusia, Senegal, Togo, Uruguay, Venezuela. Ah, y Belice", recita Marcial Varela (Vigo, 1960). 28 países y 500 barcos, 300 de ellos en África.
Varela es el presidente del Cluster de Empresas Pesqueras en Países Terceros, una agrupación de asociaciones del sector pesquero que importa 400.000 toneladas de pescado al año, el 10% del pescado que consume Europa. El cluster agrupa al 98% de los empresarios españoles que operan con buques en terceros países y lleva 25 años contratando mano de obra en países en desarrollo, sobre todo en África. "En Senegal, en Namibia, en Guinea-Bissau... son excelentes marineros", asegura Varela. La primera vez que fueron a contratar fuera lo hicieron porque en España empezaban a escasear los marineros. 25 años después, Varela asegura que la falta de pescadores es un problema que "habría que abordar con urgencia".
"En Andalucía o Galicia tienen a menudo verdaderos problemas para reunir una tripulación para un buque [de entre 15 y 40, generalmente]. Los hijos ya no quieren seguir en los barcos de sus padres. Dependemos totalmente de la mano de obra extranjera, que viene con ganas enormes de trabajar, de vivir. ¡Si no fuera por ellos, no habría cómo salir al mar!", explica Varela.
En los próximos meses, el Cluster de empresas pesqueras, que agrupa a más de 200 asociaciones, va a contratar a cerca de 1.000 nuevos marineros en Perú y Ecuador, países en los que recibirán un curso de formación. Varela viaja esta semana a Ecuador para organizar la oficina de selección de candidatos. "La idea es repartir esa primera bolsa de 1.000 trabajadores por nuestra flota, pero más adelante, esperamos poder echar una mano a armadores que trabajen aquí en España. La Junta de Andalucía está muy interesada".
Los marineros firman en sus países de origen contratos por un año de duración después de pasar un examen médico y otro de drogas. Ganan unos 700 euros netos al mes más las primas en función de la pesca. "Todos envían parte del dinero a la familia en su país así que la empresa se encarga de hacer el giro todos los meses con la cantidad acordada", explica Varela. Suelen repetir. "Muchas veces tenemos que casi obligarles a que descansen una marea porque tienen miedo de que los releves o no les vuelvas a llamar", añade el presidente del cluster.
En los países de origen de los marineros, el cluster suele establecer plantas frigoríficas, muchas veces, cumpliendo las condiciones que impone el país para permitir la explotación de sus recursos pesqueros. "Nos dejan pescar en su país, pero a cambio de que invirtamos en él. Es lógico, justo y nos conviene a todos. Un barco genera muchos puestos de trabajo: desde la descarga hasta las plantas frigoríficas, en las que trabajan sobre todo mujeres. Es la cooperación al desarrollo bien hecha y la que creo que puede evitar mejor los flujos de inmigración ilegal. Hay barcos que han pasado tres meses amarrados en Galicia para ser reparados con tripulantes africanos y nunca han intentado quedarse en España. Esta es la fórmula en la que todos ganamos", asegura Varela.
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