Un accidente que afecta a la mujer
La nueva Ley de Igualdad modifica la Ley de Prevención de Riesgos Laborales con el objetivo de detectar y prevenir posibles situaciones en las que el deterioro de la salud por razones laborales puedan aparecer vinculados con el sexo de los trabajadores.
El caso de la lipoatrofia semicircular es precisamente una de las primeras aplicaciones de esa modificación legislativa, ya que en el caso de esta dolencia leve se ha logrado establecer una causalidad entre el sexo y el riesgo laboral.
La dolencia, considerada un accidente laboral, implica una perdida de parte de tejido adiposo (graso) en la parte delantera de los muslos y afecta sobre todo a las mujeres.
De momento el 84% de todos los casos diagnosticados corresponden a trabajadoras de edificios de nueva planta, cerrados y con un elevado grado de tecnificación.
Los sindicatos van a exigir a las empresas que negocien protocolos de prevención y actuación de esta enfermedad, adaptando los mecanismos necesarios para su prevención, cómo la introducción en las evaluaciones de riesgos que se hacen en los centros de trabajo de las medidas pertinentes para detectar ambientes de trabajo adversos y evitar que se produzcan más casos.
La nueva Ley de Igualdad exhorta a los poderes públicos a la integración del principio de igualdad entre mujeres y hombres, garantizando su igual derecho a la salud, así cómo a la prestación de los productos terapéuticos precisos, atendiendo a las necesidades diferenciadas de mujeres y hombres.
Además, se exige una especial consideración a los riesgos y necesidades específicos de las trabajadoras. De momento las administraciones ya lo consideran un accidente laboral.