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La Reserva Federal mantiene los tipos en el 5,25% pese a la crisis hipotecaria

La autoridad monetaria de EE UU dice que la preocupación predominante es la inflación

La Reserva Federal (Fed) hizo ayer un ejercicio de malabarismo lingüístico para intentar calmar a Wall Street, donde domina el nerviosismo por los problemas que siguen aflorando en el negocio hipotecario. La Fed dice que es consciente de la situación. Pero más allá de un juego de palabras, el banco central estadounidense optó por mantener la estrategia y dejó los tipos de interés en el 5,25%. La inflación, insiste, le preocupa más que el riesgo de una recesión. Los mercados reaccionaron con tibieza. La Bolsa estadounidense registraba mínimas subidas poco antes de acabar la jornada.

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El panorama económico y financiero es incierto en EE UU. La crisis en el negocio hipotecario amenaza con agravar la situación en el sector de la vivienda, que no termina de tocar fondo. El consumo privado, sobre el que se sustentan dos terceras partes del crecimiento, también se desacelera y el mercado laboral muestra ya los primeros síntomas de ralentización. El deterioro en el mercado de crédito está afectando además a los grandes fondos de capital riesgo, que tienen menos apetito por comprar empresas.

Ante esta coyuntura, la reunión de ayer era la gran prueba para el presidente del banco central, Ben Bernanke, que debía preservar la credibilidad de su política frente a la reacción emocional del mercado. Wall Street le pedía que fuera realista y transparente en su evaluación de la situación. La discusión en la reunión se esperaba intensa. La Fed optó por mantener sin cambios su estrategia, porque considera que no hay motivos aún para justificar una rebaja de tipos. El precio del dinero lleva en el 5,25% desde finales de junio de 2006.

La clave, ayer más que nunca, estaba en la redacción del comunicado que acompaña su decisión. La Fed debía encontrar un difícil equilibrio entre el riesgo inflacionista y el de la recesión. Wall Street esperaba escuchar que en el banco central se es sensible a la reciente volatilidad en el mercado y el deterioro de las condiciones del crédito en EE UU, por eso le pedía garantías de que actuará para prevenir una crisis.

Bernanke mantuvo la consistencia de su mensaje. La balanza, según se desprende del comunicado, sigue pesando del lado de los riesgos vinculados al aumento de precios. "La inflación subyacente

[excluye energía y alimentos frescos] ha mejorado modestamente en los últimos meses. De todas formas, una moderación sostenible en la presión inflacionista debe ser aún demostrada de forma convincente", reza el comunicado, que precisa que hay factores que presionan al alza. Esto significa que la Fed seguirá adelante con su estrategia actual.

Sin embargo, introduce cambios en la parte referida a las perspectivas económicas, en un esfuerzo por neutralizar el lenguaje. Y ahí llegaron las respuestas que buscaba Wall Street, que ayer trataba de digerir la información. La Fed confirma lo evidente, "que la expansión se moderó durante la primera mitad del año". Y a partir de ahí reconoce que "los mercados financieros han estado volátiles en las últimas semanas, que las condiciones de crédito se han endurecido para algunas familias y negocios y que la corrección en la vivienda continúa".

A pesar de todo, la Fed considera que la "economía parece que continuará expandiéndose a un ritmo moderado durante los próximos trimestres, apoyada por un crecimiento sólido del empleo, de los ingresos y una economía global robusta". La Fed cierra su comunicado diciendo que las próximas decisiones dependerán de la evolución de los indicadores de inflación y de crecimiento. E insiste en que "la preocupación predominante" sigue estando en que el alza de precios no se modere lo previsto.

Pesimismo inicial

Una rebaja en los tipos de interés habría creado pánico en Wall Street, porque hubiera puesto en evidencia que la Fed está realmente preocupada por la situación económica, a pesar de que hubiera ayudado a rebajar la presión sobre el mercado de la vivienda. Pero los inversores reaccionaron en un primer momento con pesimismo a las explicaciones, porque esperaban más garantías de que actuará rebajando tipos si es necesario.

Los analistas quieren creer que el próximo movimiento será hacia la rebaja, de hasta medio punto porcentual, para evitar que la economía entre en recesión. Ese recorte en el precio del dinero, en todo caso, no llegaría antes de final de año. Hay otros expertos que opinan que la volatilidad vista hasta ahora es típica del verano y consideran que la prima de riesgo está donde debía, por eso no creen necesario que la Fed tenga que modificar su política. Además, recuerdan que la debilidad del dólar podría plantear un obstáculo a la política monetaria.

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