Las citologías pasarán de anuales a trienales y las practicarán las enfermeras

La cita ya no es cada año. Las citologías preventivas se realizan ya cada tres años en la sanidad pública catalana. Previamente, la mujer tiene que pasar por dos pruebas anuales; si el resultado es negativo, la tercera prueba se aplaza tres años. Así lo recoge el nuevo protocolo para el cribado de cáncer de cuello de útero en la atención primaria elaborado por Salud. "Existe una marcada evidencia científica. La matrona o un profesional entrenado realizarán la citología, como ya se está haciendo en muchas áreas de salud", explica Dolors Costa, de la Dirección de Planificación y Prevención de Salud. El Ministerio de Sanidad cree que es una medida razonable y la Generalitat dice que no busca reducir costes.

Si las citologías -extracción de muestras del cuello uterino- son negativas, se recomienda efectuar esta prueba cada tres años hasta los 65 años, dice la normativa elaborada por el Departamento de Salud. "Las visitas de seguimiento por un proceso ginecológico y por patología o riesgo continuarán igual, con la periodicidad según el criterio del médico", explica Costa. "Se ha separado la prevención del cáncer de cuello uterino de la consulta ginecológica con el especialista", añade.

En Cataluña, la incidencia de cáncer de cuello uterino es de las más bajas de Europa, de acuerdo con datos de Salud. El debate sobre la periodicidad de las citologías está sobre la mesa desde hace años. Estudios científicos avalan una frecuencia de tres años. "El cáncer de cuello uterino es una enfermedad poco frecuente. En la actualidad se realizan citologías innecesarias. Está demostrado científicamente que no se reduce la mortalidad si se realizan anualmente", explica Mercè Peris, directora de programas de prevención comunitarios del Instituto Catalán de Oncología (ICO).

El Departamento de Salud defiende que realizar la prueba cada tres años es suficiente para detectar este tipo de cáncer. El protocolo indica que además de la citología se hará un test para detectar el virus del papiloma humano (VPH) a las mujeres que no se han hecho la citología con regularidad.

Las sociedades que avalan el nuevo protocolo son la Sociedad Catalana de Obstetricia y Ginecología, la Sociedad Catalana de Citopatología, la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria, la Sociedad Catalana de Contracepción y la Asociación Catalana de Matronas, entre otras.

"Este protocolo de cribado de cáncer intenta ofrecer una mayor accesibilidad y captar desde los centros de atención primaria a las mujeres que nunca se han realizado una citología. Además, a las pacientes que presentan alguna alteración, se les realizará el test del virus del papiloma humano", afirma Peris. Este protocolo, informa la Generalitat, ya se está adaptando a otras comunidades autónomas.

La citología se practica en los centros de salud. La toma de la muestra la realizará personal sanitario formado como comadronas y enfermeras. "Las Áreas de Salud Básicas participan activamente en la identificación de mujeres y en la toma de muestras, que las efectuará personal formado. Se debe aprovechar cualquier contacto con el sistema sanitario para evaluar el estado del cribado de la mujer", explica el documento del protocolo.

Convergència i Unió (CiU) ha criticado la periodicidad de las visitas ginecológicas asegurando que las medidas no se ajustan a la "realidad particular de la población catalana". Además, CiU considera: "No todos los profesionales de la salud que tendrán que realizar estos controles citológicos tienen la formación adecuada para leer e interpretar estas pruebas con la misma fiabilidad que el ginecólogo".

El Instituto Catalán de Oncología aclara que la enfermera tomará la muestra y el ginecólogo será quien lea los resultados.