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Sigue la bonanza económica

La fortaleza de la inversión eleva al 3,8% el crecimiento económico previsto este año

La moderación en el consumo y la vivienda comenzará a notarse en 2008 - Sólo las ventas al exterior avanzan menos de lo esperado - Los expertos creen que el Gobierno se queda corto

Lucía Abellán

La temida desaceleración económica tardará aún en llegar. Las buenas cifras cosechadas en la primera parte del año han convencido al Gobierno de que España crecerá más de lo previsto en 2007. En lugar del prudente 3,4% mantenido hasta ahora, la economía avanzará un 3,8%, casi tanto como en 2006, según las nuevas perspectivas aprobadas ayer por el Consejo de Ministros. "Y se quedan cortos", advierten los analistas consultados. La inercia que arrastra la economía garantiza unas cifras robustas durante los próximos trimestres, a pesar de que ya se atisban signos de moderación en construcción y consumo. Será en 2008 cuando logren atemperar el crecimiento. El punto más flaco son las exportaciones, que crecerán menos de lo esperado.

Todos los elementos que permiten engrasar los motores se comportan mejor de lo esperado. Empezando por la construcción que, lejos de estancarse, avanza por encima de la economía. Hay que tener en cuenta que, aunque la vivienda comience a perder peso, el sector de la construcción es mucho más amplio. "La construcción residencial supone un 30% de la inversión y la no residencial, un 27%. Una desaceleración en la vivienda no afecta al total", advierte Xavier Segura, jefe del servicio de estudios de Caixa Catalunya.

En todo caso, esa menor pujanza de la construcción coincide con una época prolongada de fuerte inversión productiva. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se mostró ayer exultante con ese incipiente cambio de modelo: "El vigor se da en los parámetros que más nos importan, la inversión en bienes de equipo y la productividad". Lentamente, los capitales desembolsados en bienes de equipo -indicativos de la voluntad productiva de las empresas y de la confianza en el futuro- reemplazan a los del ladrillo.

No sólo la industria

Ese impulso se percibe en la industria, pero no sólo. "Ya cada vez es más difícil hablar de sectores. También hay actividades de servicios que están realizando importantes inversiones en su negocio", explica Juan José de Lucio, responsable del servicio de estudios de las Cámaras de Comercio. Las artes gráficas, la energía y la electrónica son algunas de las actividades más prósperas, según este experto.

También mejora, aunque no demasiado, uno de los puntos más débiles de la economía española: la expansión exterior. La brecha entre lo que España vende a otros países y lo que compra se estrecha, pero no porque las exportaciones mejoren sobre lo previsto, sino porque habrá menos importaciones de lo que se pensó. Las ventas al exterior constituyen el único apartado en el que el Gobierno se pasó de optimista y ha tenido que revisar a la baja en el nuevo cuadro macroeconómico.

La revalorización del euro, más fuerte que nunca, lastra las ventas a otros países, pues a los que utilizan otra moneda les sale más caro adquirir productos europeos. Es cierto que un 60% de las exportaciones españolas recalan en la zona euro, donde la fortaleza de la divisa no influye, pero indirectamente sí afecta. "Muchos de los productos industriales intermedios que España vende a Alemania tienen como destino final terceros países", explica Segura. Es decir, si esos territorios encuentran más gravoso el producto alemán, reducirán los pedidos y a su vez Alemania demandará menos bienes intermedios de España. El Ministerio de Economía no contaba con un euro tan alto cuando elaboró las previsiones macroeconómicas a finales del año pasado.

El principal motivo por el que las importaciones van a avanzar también más lentamente es que el consumo privado ya no tira como antes. Si la población demanda menos bienes, no será necesario recurrir tanto a los de otros países. Tras varios años disparada, la capacidad que tienen los hogares para gastar se va moderando. Al contrario de ocurrido con la mayoría de las cifras, el Gobierno ha mantenido intacta su evolución en el nuevo cuadro macroeconómico.

La mayor contención de las familias se compensa este año con las administraciones públicas. Su gasto crecerá casi un punto más de lo que se pensó. Las elecciones municipales y autonómicas que se han celebrado esta primavera y el preludio de las generales que se avecinan han dejado corta la previsión anterior y la han elevado por encima del crecimiento global de la economía.

Con más de la mitad del año ya transcurrida, las incertidumbres quedarán para el próximo. De momento, la previsión de crecimiento se mantiene en el 3,3%. Uno de los peligros que acechan es el endurecimiento del mercado crediticio. "Las condiciones idílicas de financiación se han acabado", avisa José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney.

LAS GRANDES CIFRAS: España produce ya un billón de euros al año

España supera este año por primera vez la barrera del billón de euros. Ésa es la cuantía de todo lo que está produciendo el país a lo largo del año. Con un producto interior bruto (PIB) de esa magnitud, España le pisa ya los talones a Italia, según los datos de la OCDE -aglutina a las 30 economías más prósperas del mundo- referentes a 2006, y se acerca a dos de los gigantes de la Unión Europea, Francia y Reino Unido.

El crecimiento español en los últimos años, más intenso que el de los países prósperos del club europeo, ha permitido acortar unas distancias que hace poco parecían insalvables. España aporta alrededor de un 13% del PIB de la zona euro.

Respecto a Estados Unidos, las cifras son similares. España produce alrededor de un 10% de lo que lo hacen los estadounidenses. Y más que Canadá.

LA INVERSIÓN MÁS PRODUCTIVA: Una alternativa saludable al ladrillo

Tras varios años renqueantes, los bienes de equipo han resurgido en los últimos ejercicios, con tasas de crecimiento incluso de dos dígitos. Buena parte de la inversión que han realizado las empresas en esos bienes productivos obedece al intento de luchar contra la competencia exterior. "En muchos casos no es ampliación de negocio, sino una actitud defensiva", explica José Carlos Díez, economista jefe de la casa de análisis e inversión Intermoney.

Ese desembolso se ha producido en ocasiones en plantas españolas y en otras se ha trasladado a otros países, con deslocalizaciones que permiten rebajar costes y competir con productos extranjeros.

No todas las empresas se lanzan a la inversión. "Ese gran volumen se concentra en un número muy reducido de compañías", advierte Juan José de Lucio, de las Cámaras de Comercio.

EL RETO DE LA PRODUCTIVIDAD: Más empleo y con mayor valor añadido

El desempeño económico de este año permitirá también superar, todavía con timidez, una de las barreras estructurales de España: el estancamiento de la productividad. Este indicador, que mide -de forma poco depurada- lo que aporta cada trabajador a la economía, avanzará un 1% este año después de varios ejercicios con cifras muy deficientes.

El elemento más positivo es que ese avance se logra sin destrucción de empleo, más bien con una fuerte subida de los puestos creados. Esto es consecuencia, según los expertos, de que en el empleo que se crea este año comienza a perder peso la construcción -un sector con poco valor añadido- y ganan terreno otras actividades más propensas a la tecnología y el conocimiento. No obstante, como admitió ayer el propio presidente del Gobierno, España está "aún lejos de lo que puede alcanzar".

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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