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Bush convoca una conferencia internacional para apoyar un Estado palestino

El presidente de EE UU anuncia una ayuda de 220 millones al Gobierno de Mahmud Abbas

Antonio Caño

Claramente a la ofensiva en un asunto del que se ha mantenido alejado durante años, el presidente estadounidense, George W. Bush, convocó ayer una conferencia internacional para impulsar las negociaciones entre Israel y la Autoridad Palestina, anunció cerca de 300 millones de dólares (unos 220 millones de euros) en ayuda para el Gobierno de Mahmud Abbas y prometió toda la colaboración que sea necesaria de parte de Estados Unidos, en materia diplomática, política y de seguridad, para que la creación de un Estado palestino sea un proyecto viable y a corto plazo.

En un breve discurso en la Casa Blanca, Bush comunicó que la conferencia sobre Oriente Próximo se celebrará en otoño, será presidida por la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, y serán invitados a ella los Gobiernos israelí y palestino, así como los de los países vecinos, sin determinar cuáles. Rice ha suspendido un viaje que tenía previsto hacer esta semana a África para avanzar en los detalles de esta iniciativa, que ya ha sido discutida, según dijo, por Bush con Rusia y la UE.

El propósito de esta conferencia, según el presidente, es el de "apoyar diplomáticamente a las partes para que avancen en el camino de la solución de dos Estados que convivan en paz". Además, se trata de crear el marco apropiado para comprometer a los países árabes, tanto en la seguridad de Israel como en el robustecimiento de instituciones que permitan el nacimiento de un Estado palestino.

Con ese fin, Bush anunció ayer la concesión de 190 millones de dólares en distintos programas de ayuda para la Autoridad Palestina -la mayor parte, paquetes ya aprobados en el pasado y bloqueados tras la formación de Gobierno por la organización extremista Hamás-, y 80 millones de dólares de ayuda directa suplementaria para temas de seguridad.

Se trata de un gesto más en la misma dirección que la Casa Blanca emprendió tras la ruptura entre Hamás y la organización moderada Al Fatah, que apoya a Abbas. Una dirección, una política, que Bush volvió a defender ayer.

Los palestinos están obligados a elegir en este momento, según su punto de vista, entre dos caminos: uno, el del radicalismo islámico de Hamás, apoyado por Irán y por Siria, conduce al caos; el otro, el de la moderación de Al Fatah, apoyado por el resto de la comunidad internacional, conduce a la prosperidad y a un Estado palestino. "Por este camino", dijo Bush, "los palestinos recuperarán su dignidad, su futuro y un Estado propio". "Nunca un Estado palestino será creado por medio del terrorismo", dijo.

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Unidad internacional

Las iniciativas anunciadas ayer en Washington pretenden garantizar la unidad de la comunidad internacional en el respaldo de este camino hacia la paz en Oriente Próximo. Un aliado esencial en esa misión será, a partir de ahora, el ex primer ministro británico, Tony Blair, a quien Bush transmitió ayer todo su apoyo en su nuevo cargo de representante del Cuarteto (EE UU, Rusia, UE y la ONU) y de quien dijo que se va a concentrar en ayudar a los palestinos a construir instituciones sólidas.

Esa condición, señaló el presidente, es básica para que un Estado palestino sea viable. La otra es la garantía de seguridad, tanto para Israel, como para las fronteras de un Estado limitado a los territorios de Cisjordania y Gaza.

A cambio, Israel tendrá que aceptar abordar en la negociación todos los temas pendientes entre las dos partes, incluidos los refugiados y el estatus de Jerusalén. Bush añadió que Israel tendrá que acabar con la ocupación de Cisjordania y "detener la extensión de los asentamientos". "Todos se tienen que convencer de que un Estado palestino será un socio y no un peligro para la región", afirmó. "Un Estado palestino moderado y pacífico es la mejor manera de demostrar que no hay espacio para el terrorismo en este territorio".

La propuesta de Bush recibió el apoyo de Abbas y del primer ministro israelí, Ehud Olmert, mientras que Hamás acusó al presidente de EE UU de planear una "cruzada" contra el pueblo palestino.

Bush incluyó el conflicto palestino-israelí en el contexto de la lucha entre moderación y extremismo que, según él, se está produciendo actualmente en Líbano, Afganistán e Irak. El desarrollo catastrófico de la guerra en este último país y la pasión de la Casa Blanca por la causa palestina parecen últimamente asuntos muy vinculados.

Por otra parte, Olmert, anunció ayer a Abbas, en su reunión celebrada en Jerusalén, la liberación de 250 presos y el indulto a 178 milicianos, informa Sal Emergui desde Jerusalén. A cambio, éste se comprometió a confiscar las armas de los milicianos y a no dialogar con Hamas. Durante poco más de tres horas, Olmert y Abbas, necesitados de ayudas internas y externas que remonten su liderazgo, pactaron medidas para impulsar el estancado proceso de paz y aislar al enemigo común, Hamás. Olmert advirtió a Abbas que si vuelve a intentar aliarse con el grupo que lidera Ismail Haniya, "todo el proceso se desplomará". El rais palestino le aseguró que tras la toma de poder de Hamás en Gaza, no tiene intención de dialogar.

Olmert anunció a su interlocutor que los 250 presos palestinos serán liberados este viernes, entre ellos, 11 menores de edad y dos ancianos. Ninguno pertenece a Hamás. Mayores o jóvenes, todos ellos firmarán un documento en el que juran no volver a la violencia.

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