España amplía la brecha digital con Europa y cae a los últimos puestos
En la carrera digital, España pierde fuelle. Si hace un año luchaba por hacerse un hueco en medio del pelotón, ahora se codea con los rezagados. Cuatro países -Eslovaquia, Lituania, Letonia y República Checa- han adelantado a España en los últimos doce meses, mientras que, en lo que respecta a la implantación de Internet y telefonía, los españoles sólo han sobrepasado a los italianos, colocándose en el poco honroso vigésimo puesto entre los 28 países analizados (los 27 de la Unión Europea e Islandia).
"La situación actual muestra un empeoramiento de nuestra posición relativa y plantea dudas acerca del cumplimiento de algunos objetivos de la Agenda de Lisboa", señala el informe en el que la Fundación Orange ordena a los países europeos según los esfuerzos realizados para impulsar las tecnologías de la información.
Pero en el informe de Orange -principal rival de Telefónica, que a su vez es el principal suministrador nacional de acceso a Internet- no todo son malas noticias para los españoles. Las alegrías vienen del lado de la banca online, de la telefonía móvil y de la Web 2.0 (la segunda generación de Internet en la que se propicia la participación activa del internauta con servicios como las descargas, YouTube o MySpace).
Los más de cinco millones de usuarios han convertido a la banca electrónica española en un referente mundial. El mercado nacional también ocupa una posición destacada en aplicaciones de la Web 2.0, como el uso de mensajería instantánea, telefonía por Internet, Podcasting y la creación de blogs.
España, con más de una línea por ciudadano, es ya uno de los países del mundo en el que más se han desarrollado los móviles. A esto han contribuido el empuje de los inmigrantes y de los jóvenes, que cada vez se compran un terminal a edades más tempranas.
Casi la mitad de los españoles se han convertido ya en internautas. Exactamente, el 48,3%. El incremento anual del número de usuarios de Internet entre 2000 y 2007 ha sido del 36,6%.
A la hora de repartir culpas por la pérdida española de posiciones, la Fundación Orange dispara hacia el anterior Gobierno: "El estancamiento de financiación se produjo entre los años 2001 y 2004. Teniendo en cuenta que gran parte de las medidas relacionadas con la sociedad de la información tienen un horizonte de medio o incluso largo plazo, es muy probable que estemos viviendo los efectos de ese estancamiento".
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