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El Consejo Regulador del Vino de Jerez vigilará las viñas por satélite

El sistema permite mejorar la explotación y la calidad del producto

El Consejo Regulador del Vino de Jerez vigilará la producción y la calidad de las viñas del marco vía satélite. El próximo mes de enero, la empresa Deimos Imaging, dirigida por el astronauta Pedro Duque, lanzará desde la India un satélite español de observación de la tierra. Este sistema, además de sus aplicaciones para el seguimiento de los viñedos, permite vigilar el crecimiento urbanístico o escudriñar el avance de un vertido.

La teledetección es capaz de ver en infrarrojo la cualidad de las plantas que no se advierten a simple vista. Según Duque, esta visión privilegiada permitirá al sector "mejorar el conocimiento de la explotación, la estimación de la producción, la calidad de la campaña o calcular el momento exacto de la vendimia".

La prevención de enfermedades en la vid es otro de los retos que persigue conseguir el presidente del Consejo Regulador, Jorge Pascual, gracias a la implantación del sistema. A través de fotografías que captan hasta 20 metros de superficie, se pueden prevenir plagas y reducir, por tanto, el uso de tratamientos en las explotaciones para lograr una mayor garantía de calidad del caldo. Conocer si el campo está bien abonado o seguir la evolución de la cepa son otras posibilidades.

Si bien es cierto que a una distancia de 20 metros no se puede distinguir un árbol de otro, 900 megapíxeles llegan a multiplicar la utilidad de las mediciones que se toman en tierra. De hecho, este satélite permite tomar datos de una explotación de forma única. La imagen aporta una serie de características de la viña, como azúcares o nitrógeno, que serán después interpretadas en clave botánica por un equipo de expertos que tendrá su centro de control en Valladolid.

En Estados Unidos las explotaciones agrarias utilizan con frecuencia este sistema para controlar los viñedos. Actualmente existe un satélite privado de observación de la tierra en Norteamérica y uno de capital público en Europa, al que se suma ahora el que dirige Duque, el primero de capital privado en el viejo continente.

El objetivo del cosmonauta madrileño pasa por conseguir que la aplicación de esta nueva tecnología esté "al alcance de cualquiera" en unos años. En su primera expedición, la imagen de una explotación de entre 30 y 100 hectáreas tiene un coste máximo de 5.000 euros.

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El campo de las aplicaciones de este satélite es extenso y se explotará en función del interés de las empresas privadas o de las administraciones públicas.

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