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El primer ministro francés anuncia un plan de choque para mejorar las universidades

Fillon propone en su discurso ante el Parlamento una reforma de las instituciones políticas

¿Cuál es el margen político del primer ministro francés, François Fillon, bajo la hiperpresidencia de Nicolas Sarkozy? Escaso, a tenor de lo visto ayer en la Asamblea Nacional, donde el jefe del Ejecutivo pronunció el tradicional discurso de política general. Era difícil añadir más propuestas al ya conocido programa que dio el triunfo al líder conservador. Fillon confirmó la reforma de las instituciones, sin entrar en detalles; anunció un plan de inversión en las universidades por un total de 5.000 millones de euros y se comprometió a dejar el paro en un 5% en 2012.

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Fillon se presentó ayer como un modesto artesano de una política decidida y diseñada desde el palacio del Elíseo. "Soplan en el país vientos de confianza; el presidente de la República es el iniciador y yo soy el depositario", dijo de entrada para dejar claro que su papel es el de maestro de obras y el de Sarkozy, de arquitecto, algo que el propio Fillon había teorizado hace dos años en un libro en el que apuntaba a las distorsiones del envejecido modelo de la V República que, como ayer se encargó de recordar, "tiene sus fundamentos en los años cincuenta".

Francia, aseguró, viene de tres décadas de un cierto abandono, de parálisis, y ahora debe entrar de lleno en el siglo XXI. "Tanto la derecha como la izquierda han intentado contemporizar con el modelo francés, un modelo que ya no sirve, sin atreverse realmente a transformarlo", dijo, "porque no hemos encontrado el valor y las palabras para explicar a nuestros conciudadanos que nos encontrábamos con un cambio fundamental: la globalización". "Durante siglos fuimos una potencia, pero ahora el mundo se despierta, y cuando nosotros nos batimos para preservar nuestro legado, otros lo hacen para construir el suyo".

Responsabilidad política

En el modelo de funcionamiento que propuso, "el Ejecutivo actúa en la transparencia, en la unidad de la pareja formada por el jefe del Estado y el primer ministro", lo que introduce "un factor de modernidad y eficacia". La presidencialización del régimen exige, según explicó Fillon a los diputados, "un reforzamiento" del Parlamento y una reforma de la Constitución que permita al jefe del Estado comparecer ante la Asamblea Nacional, algo que ahora tiene prohibido, lo que acentúa su irresponsabilidad política. También anunció la instauración de una especie de acción popular que permita a los ciudadanos pedir la revisión de una ley, así como una revisión del mapa electoral.

Donde más se extendió, sin embargo, fue en la reforma de la universidad. Fillon, que fue ministro de Educación, pretende "reconstruir" la universidad francesa, que, recordó, ha perdido buena parte de su prestigio en las últimas décadas y no tiene prácticamente ninguna presencia en las listas de los mejores centros mundiales. Para ello anunció, además de la reforma que introducirá la autonomía en los centros y una gestión más rigurosa, una partida extraordinaria de 5.000 millones de euros a lo largo de los cinco años de mandato. La investigación será prioritaria.

No precisó, sin embargo, cómo financiará todos estos programas manteniendo, además, la importante rebaja fiscal prometida por Sarkozy. Básicamente, dio a entender que la reducción de la deuda pública por debajo del 60% del producto interior bruto y del déficit público en el 2,5%, quedan aplazadas para 2012. Admitió que aumentará la duración de las cotizaciones sociales para las pensiones y que los ciudadanos deberán pagar una franquicia médica para contener el gasto en el sector sanitario.

Fillon se marcó el objetivo del "pleno empleo", es decir, un 5% de paro, en 2012, para lo que será necesario poner en marcha la reforma del mercado laboral por consenso. Toda una novedad en Francia. Fillon insistió en la propuesta apuntada ayer por su Gobierno de aplicar una tasa ecológica a los camiones que circulen por las carreteras francesas y anunció que se experimentará en breve plazo en la región de Alsacia, en la frontera con Alemania.

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