Etiopía gana la guerra del café a Starbucks
La compañía estadounidense cede al país la denominación de origen de sus productos
Un país africano con una economía empobrecida ha conseguido hacer prevalecer sus derechos frente a la presión de una multinacional del café estadounidense, la mayor franquicia mundial: Starbucks. Esta semana, la empresa ha firmado un acuerdo con el Gobierno etíope por el que le cede los derechos de utilización de la denominación de origen de algunos de sus especies de café más prestigiosas. Starbucks facturó el año pasado 5.300 millones de euros.
Hasta hace pocos meses, los clientes de Starbucks pagaban bien pagados los cafés etíopes, pero ni el país de origen ni mucho menos los campesinos que cultivaban las matas de café recibían un solo euro de beneficio de la excelente calidad de sus productos, reconocida en todo el mundo.
En octubre de 2006, la ONG Oxfam Internacional, para hacer presión, propuso a sus simpatizantes el envío masivo de cartas, mensaje de móvil y correos electrónicos a la sede de Starbucks para exigir que la compañía reconociera que la propiedad de la denominación de origen pertenece a Etiopía; llegaron 93.000 misivas, 10.000 de ellas españolas, informa Intermón-Oxfam. Etiopía ha recuperado así la denominación de la variedad Sidamo, una de las más cotizadas, además de los tipos Harar y Yirgacheffe, que se producen en la región de Kaffar.
La empresa estadounidense quedará exenta del pago de derechos durante los próximos cinco meses para comercializar estos tipos de café en EE UU, y podrá usarlos en otros países con ciertas condiciones.
Los agricultores tendrán que esperar un tiempo para experimentar en sus economías el efecto de tal medida. El Ejecutivo etíope y la multinacional alegan que una mejor distribución del producto aumentará la demanda y los precios del mismo. Pero por el momento, los 15 millones de etíopes que dependen del sector cafetalero no verán cómo aumenta el precio de sus productos de forma exponencial. Esto será algo gradual.
"Este acuerdo es indicativo de un enfoque empresarial que muestra más preocupación por los derechos que por la caridad", resume Ariane Arpa, directora de Intermón-Oxfam, "y supone un compromiso con una mayor equidad en el modelo de negocio frente a los beneficios a corto plazo".
"Con este acuerdo, los etíopes pueden construir el valor de sus cafés y los productores pueden conseguir un mayor porcentaje del precio de venta minorista", afirma Arpa. "Esto debería ayudar a mejorar las vidas de millones de campesinos pobres, permitiéndoles enviar sus hijos a la escuela y tener acceso al sistema sanitario". El presidente de Starbucks, Howard Schultz, se mostró esperanzado en que el acuerdo sirva para el "desarrollo de la industria cafetalera y de las comunidades de agricultores".
El ejemplo ha cundido y, como destaca Intermón-Oxfam en su página web, otras empresas cafetaleras han dado otros pasos para que la justicia se vaya imponiendo en el comercio del café, y no sólo a través de los canales del comercio justo, que están muy bien, pero cubren sólo una pequeña parte del mercado. Un ejemplo es la actitud de Green Mountain Coffee Roasters, "una de las tostadoras y distribuidoras de café más importantes de Estados Unidos, que ha firmado recientemente un acuerdo voluntario con la Oficina Etíope de patentes para colaborar con la iniciativa del Gobierno de patentar las denominaciones de origen de algunos de sus cafés", dice Intermón-Oxfam.
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