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Un anciano mata en Oleiros a su esposa, a la que hirió hace 7 meses

La víctima había renunciado a una orden judicial de alejamiento

José Aráns Rodríguez, un vecino de 74 años de la localidad coruñesa de Oleiros, mató a martillazos a su esposa, Estrella Geremías, de 76, y trató luego de ocultar el cadáver, que apareció semienterrado en un monte situado detrás de la casa familiar. Detenido desde el viernes por la noche en los calabozos de la Guardia Civil de A Coruña a la espera de ser llamado a declarar ante el juez, el presunto homicida acabó por confesar su crimen.

Con este caso, son ya 42 el número de mujeres que murieron asesinadas este año a manos de su pareja en España. Estrella Geremías es la quinta víctima en Galicia, donde hace apenas 12 días también fue asesinada a martillazos una vecina de Cee por su marido, un jubilado sexagenario.

Hace nueve meses, Aráns Rodríguez, de carácter huraño y taciturno, según sus vecinos de la parroquia de Dorneda, en el municipio de Oleiros, ya había agredido a su esposa con una hoz. "Yo no le vuelvo", perjuró entonces Estrella, herida en la cabeza. Se fue a vivir con una de sus hijas, en una urbanización cercana, recibió asistencia de los servicios sociales del ayuntamiento y consiguió que un juez impusiera a su marido una orden de alejamiento. Pero la mujer, tímida y sumisa, cuentan sus allegados, acabó, hace unos meses, por romper su promesa y regresó al domicilio conyugal, según constató la Policía local de Oleiros, encargada por el juez de vigilar el cumplimiento de la orden.

El matrimonio, que residía en una casa de dos plantas en un terreno de grandes dimensiones, se dedicaba a labrar fincas de esta parroquia rural, a unos 15 kilómetros de A Coruña. "Estrella, por cultura y edad, trabajó duro toda su vida para cuidar a sus hijas y su marido y se preocupó de que éste, al vivir solo, no comiese o no fuese atendido debidamente", explicó la concejala de Oleiros, María José Varela, vecina también de Dorneda.

José Arans, que sufría de una malformación en las piernas, se apoyaba en bastones desde hace poco tiempo. Sus allegados creen que convenció a Estrella de que se valía por si mismo para vivir solo. Pero desde el pasado miércoles, nadie había vuelto a ver a la mujer. Sus hijas acabaron por acudir el viernes a mediodía al cuartel de la Guardia Civil para denunciar su desaparición. Los agentes no tardaron mucho en dar con el cadáver. Estaba enterrado sólo parcialmente, en un hoyo de muy poca profundidad cavado con una pala, y cubierto con ropa. "No sé aún como pudo enterrarla, con los problemas que tenía él para andar", destacó una vecina de la casa de enfrente.

Nadie oyó, ni vio nada. Pero, dados los antecedentes de malos tratos, el marido fue de inmediato sospechoso. Y en casa aún conservaba el martillo con la maza ensangrentada con el que supuestamente golpeó hasta la muerte a su mujer, cuya cabeza apareció destrozada. "Esto es la demostración, una vez más, de una tremenda injusticia, de que la sociedad está enferma", se lamentó el vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, responsable de Igualdade e Benestar. Concentraciones de repulsa con este nuevo caso de violencia sexista se celebraron en villas y ciudades de toda Galicia, también en Oleiros.

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