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Reportaje:

De Barcelona al mundo

Armand Basi cumple 20 años y busca la renovación. Ficha a Markus Lupfer, alemán formado en la industria británica, para liderar un proyecto que mira con ambición a la arena internacional

Corren aires renovados en la firma catalana Armand Basi ahora que cumple la veintena. Su colección de hombre -diseñada por Josep Abril desde 2004- desfila desde hace nueve años en París, pero la noticia está ahora en la de mujer. Tras el paso de la diseñadora vasca Miriam Ocáriz por el cargo, esta temporada supone el estreno en las tiendas de su nuevo diseñador: Markus Lupfer, alemán residente en Londres. Lupfer debutó en la pasarela barcelonesa en septiembre con halagadoras críticas. Ahora es el público quien puede juzgarla en las numerosas tiendas que la firma tiene en 11 países de Europa, en Estados Unidos y en Asia. Una clientela que, desde los años ochenta, ve en su etiqueta un sinónimo de diseño e innovación. Una herencia que Lupfer combina con una depurada elegancia y un amor por el detalle propio de los maestros que admira, Balenciaga el primero. Cuenta que de Armand Basi le atrajo la importancia que dan a la colección. "Es algo muy necesario para conseguir una fuerte dirección internacional y no sólo tener éxito en España. Para ser internacional hay que centrarse y formular una convincente declaración de principios". Y en su debut lo ha hecho con su uso del volumen, la ligereza y la elegancia natural con que insinúa la silueta femenina. Los toques metálicos y plásticos le dan actualidad, y la paleta de colores, junto con las prendas de fino cuero, son aciertos de lo más suculento.

Lleva un estilizado traje y un corte de pelo mod actualizado. Es el aspecto propio de alguna de las bandas que le gusta escuchar -como Franz Ferdinand o The Killers-, pero sus zapatillas plateadas y el ojo clínico con el que observa la ropa de quien se cruza con él le delatan. Fue uno de los diseñadores mejor valorados de su promoción en Westminster, y su reputación se confirmó temporada tras temporada en la Semana de la Moda de Londres entre 1999 y 2003. Fundó una firma con su nombre hace 10 años con estos pilares: "El cuero, el punto y los accesorios plásticos. También las camisetas: me interesa usarlas de forma nueva, por eso las convierto en vestido".

Quería ser diseñador desde los 13 años, estudió dos en Alemania, pero fue en Londres donde aprendió de verdad. "Allí no te enseñan a seguir tendencias, se centran en desarrollar tu personalidad. Fue una importante lección: no tener miedo de ser creativo", comenta. Su vínculo británico va más allá de la educación. Su trayectoria y carrera es casi paradigmática de la suerte que ha vivido el nuevo diseño británico en los últimos años. Se licenció en 1997 con honores y se convirtió en uno de esos secretos a voces de los entendidos. Christina Aguilera estuvo en la primera fila de una de sus presentaciones, y las tiendas de culto se peleaban por vender sus creaciones. TopShop le fichó en su programa de jóvenes talentos en 1999 y firmó líneas de hombre, gama de bolsas y punto para la gran cadena británica.

Pero su propia firma nunca fue capaz de dar el gran salto, y se mantuvo pequeña y, en gran parte, autofinanciada. Invirtió mucho en 2001 y sufrió con ganas la caída de las ventas y el bajón del sector tras el

11-S. Aunque llegó a vender en 70 tiendas de todo el mundo en 2003, hubo de reconvertirse. Se hizo consultor y pasó a trabajar en la trastienda de marcas como Cacharel o Kangol, a las que asesoraba en la sombra. "Me empleé como freelance para marcas con un perfil más corporativo. Es un trabajo muy distinto, más preciso. Ya no se trata sólo ropa, es otra dimensión".

Desde luego, ha aprovechado el tiempo desde que se graduó, y ahora, con 36 años, sabe bien cómo manejar el difícil binomio de creatividad y mercado. "Es importante ser capaz de hacer una colección creativa y ponible al mismo tiempo", dice. En Armand Basi le ha sorprendido "lo fácil, agradable y sencillo que es el trabajo; es una familia estupenda". Una familia que empezó con un taller de confección de punto en los años cuarenta, que posee la licencia de fabricación y distribución de Lacoste en España desde 1962 y que cuenta hoy con 450 empleados.

La apuesta de la familia es ahora en el mercado internacional. Y ahí Lupfer desempeña un papel fundamental. Isabel Basi, hija del fundador y responsable de prensa, comunicación e imagen, fue quien le eligió por su frescura y, cómo no, por su visión internacional. Para potenciarla y recuperar la imagen de innovación de la marca se ha creado una especie de línea independiente, Armand Basi One, que dará el salto al extranjero para desfilar en Londres en otoño. Una suerte de vuelta a casa para Lupfer.

Aunque no es que, en realidad, se haya ido nunca de allí. Desde que llegó para estudiar tuvo claro que fijaría su residencia en Londres. "Vivir en esa ciudad es muy agradable porque eres muy libre, puedes hacer lo que realmente quieras; es un lugar muy creativo, lleno de gente interesante que hace cosas estimulantes". Su poco tiempo libre lo dedica a viajar, a sus amigos y a su interés por la arquitectura y el diseño gráfico. "Una jornada normal para mí supone llegar a las ocho a la oficina y trabajar todo el día hasta las ocho o las nueve de la noche; no salgo ni a comer. Hay dos cosas que hago mucho: ¡contestar e-mails y volcarme en los diseños! Y me gusta divertirme con lo que hago, aunque sea contestar correo electrónico". La disciplina y la constancia definen su forma de ser y trabajar. "Hay días que tienes la sensación de que no has logrado nada de lo que quieres desarrollar y te preguntas qué has estado haciendo, pero son fundamentales para sacar ideas que más tarde llevarás a otro nivel".

Para su debut en Armand Basi pensó en una mujer moderna, dinámica y contemporánea. "En mi trayectoria he comprendido bien la dimensión y el impacto que tienen los desfiles. Puedes conseguir mucho con ellos, y es importante que logres hacer una auténtica declaración de intenciones. Para eso el mensaje debe llegar de forma clara y ser comprensible. Es la razón por la que cada nuevo desfile supone un reto". Habitualmente, Lupfer encuentra inspiración en las cosas que le divierten, hablando con amigos, en las calles, en los libros de fotografías, en catálogos de exposiciones... "En la sociedad en la que vivimos es fácil perderse entre tantos estímulos; hay tantas cosas a tu alrededor que te pueden llevar a algún lugar, hay tantos mensajes. Al final del día tienes que posicionarte, pulir tu visión personal, encontrar tu propio mensaje en ese contexto y traducirlo en un look. Es fundamental encontrarlo".

Para más información y puntos de venta: www.armandbasi.com.

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