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Reportaje:

Un regalo secreto

El cineasta neoyorquino estrenó ayer 'El sueño de Cassandra' en la localidad asturiana donde filmará escenas de su próxima película

Rocío García

Solo, frente a los 600 invitados al estreno mundial de su última película, El sueño de Cassandra, Woody Allen parecía ayer aún más pequeño de lo que es. "Espero que os guste mucho la película, pero si no es así podéis pedir que os devuelvan el dinero", dijo el director en la Casa de Cultura de Avilés, después de una larga jornada de búsqueda de localizaciones para el filme que rodará a mediados de julio en Barcelona y Asturias. "Siempre es muy excitante para mí venir a Asturias", añadió ante la algarabía de los espectadores.

El director neoyorquino tras-tocó la plácida tarde de la ciudad asturiana. En la plaza de Álvarez Acebal, se mezclaron invitados al estreno, admiradores, policías y sindicalistas que protestaban por la prisión de Cándido y Morala, dos trabajadores acusados de romper unas cámaras de seguridad en Gijón y en los que se basó Fernando León para su película Los lunes al sol. "Que Woody Allen vea que en Asturias, además de juerga, hay represión", gritaban unos 50 trabajadores ante el asombro de los invitados a El sueño de Cassandra, rodada en Londres el año pasado con Ewan McGregor y Colin Farrell como protagonistas.

El preestreno estaba organizado por la Fundación Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer (de la que Allen es asesor), como agradecimiento a que el cineasta haya elegido la tierra de Asturias para rodar una película que estará interpretada por Penélope Cruz, Javier Bardem y Scarlett Johansson. "Estoy deseando trabajar con Bardem y Penélope Cruz, son unos actores muy buenos. Me siento muy afortunado de que estén disponibles", aseguró el director durante su paseo por las calles de Avilés.

Allen dedicó toda la jornada a buscar localizaciones: la playa de Salinas, un jardín francés y alguna iglesia en el casco antiguo de la ciudad. Hoy continuará por los alrededores de Oviedo. "La presencia de Asturias se justifica por un viaje que hacen los protagonistas. Es una película muy de actores", explicó el director de fotografía Javier Aguirresarobe.

Las entradas para El sueño de Cassandra se habían agotado en apenas 18 minutos el pasado sábado. De las 600 butacas de la Casa de la Cultura, cerca de 400 se utilizaron para compromisos de la fundación y las otras 200 se pusieron a disposición del público. La condición inexcusable para entrar era el compromiso de no revelar después ni el más mínimo detalle del filme, que se estrenará en el resto de España el próximo mes de octubre. Fue el gran regalo de Allen a la ciudad de Avilés.

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