La testaferro de Roca revela que un 'consejo de sabios' dirigía las inversiones
Montserrat Corulla detalló al juez las operaciones de la trama de corrupción de Marbella
Montserrat Corulla Castro, considerada por el juez Miguel Ángel Torres como la principal testaferro de Juan Antonio Roca, cerebro de la trama de corrupción masiva desarticulada en Marbella, hizo una completa declaración sobre su papel días antes de abandonar la cárcel de Alhaurín. Corulla menciona la existencia de un consejo de sabios donde se tomaban las principales decisiones de las empresas relacionadas con Roca. Corulla, que no da detalles de cómo funcionaba tal consejo, no participaba en sus decisiones. Ella, que se atribuye un papel secundario en la trama, identifica a los componentes del consejo, salvo uno.
La declaración de Corulla el 25 de agosto de 2006 propició su puesta en libertad con fianza a primeros de septiembre, tras pasar casi seis meses en la cárcel, según en un tomo del sumario. Era su segunda comparecencia ante el juez, que debió de considerar insuficiente la primera realizada tras ser detenida. Ante el juez, Corulla ofrece una versión mucho más detallada del entramado de inversiones que dirigía Roca, asesor de urbanismo de Marbella, y cuál fue su papel en la trama desde que fue contratada por el despacho de abogados madrileños Sánchez Zubizarreta-Soriano Pastor en junio de 2001.
A pesar de que el juez la califica en un auto como una abogada "dotada de gran inteligencia y que se desenvuelve con gran soltura en el mundo de los negocios" y de que considera que interpretaba un papel central en la red, Corulla se atribuye un papel secundario.
Corulla desgrana en su declaración múltiples operaciones mercantiles diseñadas por Roca y sus asesores. Parte de sus declaraciones son comprometedoras para algunos de los imputados, como el abogado Manuel Sánchez Zubizarreta, Gonzalo Astorqui, Ruiz Garma y, por supuesto, Roca. Todos eran los integrantes del llamado consejo de sabios, donde se tomaban las principales decisiones. Corulla, sin embargo, habla de una persona más a la que no identifica.
Roca llega a comprar el Hotel La Malvasía en una localidad onubense simplemente porque era aficionado al Rocío, quería abaratar costes y obtener algún beneficio, además de hacer múltiples operaciones en Madrid, Murcia, Málaga y Huelva. El juez parece tener especial interés por dos aspectos: la transferencia de cantidades de dinero a cuentas en Suiza y la República Checa y el papel que desempeñaba en unas operaciones una sucursal de Bankinter.
Corulla reconoce la existencia de una sociedad denominada San Mateo Palace, propietaria de un inmueble en Marbella. Dicha sociedad recibió tres millones de euros desde Suiza. La abogada manifiesta que desconocía el origen de dichos fondos "y que Manuel Sánchez Zubizarreta le decía que el dinero llegaría cuando tenga que llegar". Ese dinero lo remitía un abogado de su despacho (Antonio Soriano Pastor) desde Suiza. Corulla, ante la insistencia del juez, niega haber realizado ninguna transferencia a Suiza ni a la República Checa. Llega a decir que si consta alguna transferencia con su firma, puede tratarse de una falsificación.
Corulla, sin embargo, reconoce una estrecha colaboración entre una sucursal de Bankinter en Madrid y el despacho de abogados Sánchez Zubizarreta-Soriano Pastor. "La relación entre la sucursal de Bankinter en Madrid y Sánchez Zubizarreta", dice Montserrat Corulla, "era tan estrecha que incluso en la sucursal tenían una línea directa para comunicarse con el gabinete jurídico por teléfono marcando un botón y Manuel Sánchez Zubizarreta podía pasarse allí dos horas todos los días".
El baile de dinero para las operaciones era constante. Corulla cita cantidades muy altas, desde tres millones en metálico, cheques de 75 millones y pagarés multimillonarios. Sin embargo, según su declaración no parecía conocer de dónde procedían esas ingentes sumas de dinero.
La declaración de Corulla es contradictoria con la del abogado Sánchez Zubizarreta. Mientras ella se coloca en un papel muy secundario, incluso llega a calificarse como "chica para todo", el abogado y otros imputados la sitúan como una persona que estaba adquiriendo cada vez mayor protagonismo en la toma de decisiones.
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