Espejo homosexual

"Si eres listo habrás adivinado que soy un chapero", proclama el protagonista en el inicio de Boy Culture a su presumible audiencia, para añadir entre crítico y cínico: "Y si no lo has hecho, aquí van dos pistas: soy gay y han hecho una película sobre mí". Basado en una novela de Matthew Rettenmund, el filme es una confesión en voz alta sobre la condición homosexual, sobre sus clichés y sus certezas, centrado en el devenir de un chapero que ve cómo su consciente modo de vida acaba chocando inevitablemente con su espíritu romántico y sus deseos de vivir en pareja.

La historia utiliza muy bien, a la manera de espejo, el personaje de un anciano refinado e inteligente al que, tras 50 años de convivencia con su amor homosexual, sólo le quedan los esporádicos y costosos encuentros con el protagonista. Sin embargo, después de regatear hacia el lado más libertario gracias a un atractivo giro de guión, el último acto se presenta más desdibujado, epidérmico y superficial que el resto del metraje, llegando a la conclusión (in)moral por la calle de en medio y no a través de lo que se pretendía, de una reflexión.