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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

Mabel Rivera contra el silencio

"Ni en la época de la reconversión naval he visto cargas policiales como las de los últimos tiempos en Ferrol. Han sido desproporcionadas, casi como retroceder cuatro décadas en el tiempo". Así de contundente se muestra la actriz Mabel Rivera, productora ejecutiva del documental El salario del silencio, que ayer se presentó en Santiago, y que ha dirigido su compañero Enrique Banet. Ambos decidieron realizar un documental muy crítico con la opción de instalar la planta de Reganosa en el interior de la ría de Ferrol. Rivera explica que grabaron este documental "para combatir el silencio mediático y la manipulación informativa".

Pero detrás de este documental hay una larga historia: la de una actriz reconocida con un Goya, que trabajó durante 11 años en Astano, antes de participar activamente en las manifestaciones de principio de los ochenta, y que acabó siendo engullida por el proceso de la reconversión naval. "Da la impresión que hemos dejado algo suspendido hace unos años para retomarlo de nuevo", explica la actriz ferrolana, quien confiesa que a través de este documental se ha "reencontrado con la Ría de Ferrol, y con muchos recuerdos de infancia, como los viajes en la lancha de Mugardos". Además de sus recuerdos de infancia, Mabel Rivera se ha encontrado en esta lucha contra la instalación de la planta de gas, con viejos compañeros de las manifestaciones de Astano, como Eliseo Zaera, presidente del Ateneo Ferrolán, y otra de las voces críticas del movimiento ciudadano.

Con la locuacidad que le caracteriza, Mabel Rivera maneja una carpeta de documentos con varios puntos subrayados. Para Rivera, el compromiso entre ciudadana y actriz debe ser indisoluble: "Creo que debemos utilizar las armas profesionales en defensa de un mundo sostenible, y anteponer lo personal a lo profesional". En El salario del silencio, cuyos beneficios por la venta de DVD irán a parar a la Cofradía de mariscadores, se refleja la disconformidad con la línea editorial de algunos medios de comunicación y, sobre todo, con la clase política. La actriz y productora ejetutiva no oculta su decepción con algunos políticos: "Particicipé activamente en Hai que botalos y no dudé en poner la cara. No me arrepiento, volvería a hacerlo, pero creo que se está cometiendo una alta traición con los ciudadanos de este país, y que hay un sector de la población muy decepcionado".

Su compañero, el realizador Enrique Banet, explica que "está en preparación la segunda parte del documental, porque tenemos mucho material, pero desearíamos que no hubiese tercera parte". Mabel, la experimentada manifestante de antaño, lo tiene claro: "Esta batalla no ha hecho más que comenzar".

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