El Ramón y Cajal crea una unidad de riesgo vascular para ancianos

La insuficiencia cardiaca (dificultad del corazón para bombear sangre a todos los tejidos del organismo) es la enfermedad más diagnosticada en los mayores de 70 años en los países occidentales, por lo que es cada vez más un serio problema sociosanitario debido a lo altamente incapacitante que resulta y al gasto que genera. Es además la primera causa de ingreso hospitalario en este grupo etario de población y la tercera causa de muerte, tras el infarto de miocardio y el ictus cerebral.

Las sociedades occidentales, cada vez más envejecidas, están incrementando notablemente el número de pacientes con pluripatologías, situación que empieza a exigir la necesidad de nuevos modelos asistenciales, especialmente en el abordaje de la insuficiencia cardiaca. A partir de este planteamiento, el hospital público Ramón y Cajal de Madrid ha creado una unidad de alta resolución en ancianos aquejados de este problema. La nueva Unidad de Insuficiencia Cardiaca y Riesgo Vascular del Anciano, creada a finales de febrero de 2007, depende del Servicio de Medicina Interna del centro hospitalario y su principal objetivo asistencial es la atención continuada e integral a este grupo de pacientes.

Una de las novedades más destacadas y operativas de la unidad es la coordinación que mantendrá con el área de urgencias correspondiente y con el de atención primaria, para que las tres partes estén debidamente implicadas en el manejo y seguimiento del paciente. Así, el médico de familia y el propio enfermo pueden contactar con la unidad hospitalaria para resolver contingencias de carácter urgente, sin necesidad de acudir a las urgencias del centro.

Mujeres octogenarias

Según un portavoz del Ramón y Cajal, el perfil de los pacientes que acuden es el de un enfermo de insuficiencia cardiaca o riesgo vascular mayor de 70 años, que no precisa intervención cardioló-gica inmediata. La mayoría de los 400 casos atendidos en esta unidad desde su creación son mujeres próximas a los 80 años, con hipertensión arterial, diabetes mellitus, dislipemia, fibrilación auricular, disfunción renal, obesidad e insuficiencia cardiaca. Son personas con una alta comorbilidad (asociación de varias enfermedades), que requieren alrededor de 8 o 10 fármacos en su tratamiento y que frecuentan los servicios de urgencias y precisan a menudo hospitalización.

En más del 80% de los casos se han logrado los objetivos terapéuticos farmacológicos planteados, con una mejoría sintomática y una estabilidad clínica que se traduce en una reducción del 50% de los ingresos y del 70% de las visitas a urgencias. De acuerdo con la actividad prevista, se calcula que la unidad del Ramón y Cajal pueda evitar durante este año 200 hospitalizaciones, 1.100 visitas a urgencias y permita una reducción en la frecuentación de consultas a otros servicios.