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El sospechoso del envenenamiento de Litvinenko acusa al espionaje británico

El ex agente del KGB Lugovói revela que Londres trató de reclutarlo para espiar a Putin

Pilar Bonet

Andréi Lugovói, el ex agente del KGB reclamado por Reino Unido como principal sospechoso del asesinato de Alexander Litvinenko, pasó ayer al contraataque en Moscú y acusó a los servicios secretos británicos de estar implicados en el crimen. Estas alegaciones fueron realizadas en una multitudinaria rueda de prensa en la sede de la agencia Interfax y pueden contribuir a empeorar el deteriorado clima entre Moscú y Londres. Lugovói acusó además al espionaje británico de haber tratado de reclutarlo como agente para recoger información comprometedora contra el presidente ruso, Vladímir Putin.

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Litvinenko, que a fines de los noventa se reveló como un acérrimo crítico de los servicios de seguridad rusos, a los que él mismo perteneció, huyó de su país y encontró refugio en Londres, donde murió el 23 de noviembre pasado, víctima de una dosis de polonio radioactivo. El ex agente, que acusó a los servicios secretos rusos de la voladura de unos bloques de viviendas habitados (que fue atribuida a los chechenos), había adquirido la ciudadanía británica y colaboraba estrechamente con el magnate exiliado Borís Berezovski.

Lugovói no aportó datos -aunque dijo tenerlos- para sustentar sus aventuradas acusaciones, realizadas en presencia de Dimitri Kovtun, otro veterano del KGB que, junto con Lugovói, se entrevistó en Londres con Litvinenko el 1 de noviembre, poco antes de que éste enfermara. Lugovói dijo que coopera con las autoridades rusas en la investigación del asesinato, pero se negó a dar cualquier detalle de esta colaboración. Aseguró que piensa contratar un abogado para defender sus intereses en Reino Unido, pero indicó que no piensa desplazarse allí voluntariamente.

Utilizando un lenguaje agresivo, Lugovói equiparó las sospechas de las que él mismo es objeto con un ataque contra Rusia, pese a que la fiscalía británica insiste en que el sospechoso es él personalmente y no los servicios secretos rusos. Lugovói manejó también otras dos versiones de la muerte de Litvinenko, siendo la "más verosímil de todas", según dijo, la que atribuye la responsabilidad a Berezovski. La tercera versión es el resultado de una posible venganza de la "mafia rusa" por la ayuda que, según él, Litvinenko prestó a la policía española para capturar al mafioso de origen georgiano Zajar Kalashov.

Lugovói calificó a Berezovski de "demonio" y le vinculó con otros asesinatos sonados, entre ellos el del periodista de televisión Vladislav Lístev y el del diputado Serguéi Yushenkov. Lugovói afirmó que si le pasaba algo a él había que buscar la causa en Berezovski.

Según Lugovói, tanto Berezovski como Litvinenko habían sido reclutados por los servicios de seguridad británicos, el MI6. Litvinenko, a su vez, había intentado reclutarle a él para que trabajara en el MI6. Con el fin de recoger información comprometedora sobre Putin, le había dado un teléfono móvil británico para comunicarse con sus jefes y un libro para usarlo como referencia de los mensajes cifrados, "como en las películas de espías". Su misión consistía en recoger información sobre un funcionario del Estado que debía ser invitado a Londres, donde se le obligaría a colaborar "a cambio del silencio sobre sus cuentas bancarias personales". Lugovói dijo haber rechazado la oferta y afirmó que Berezovski había dado a Reino Unido importante información sobre Rusia, que poseía de los tiempos en que fue vicesecretario del Consejo de Seguridad de este país.

En el Eco de Moscú, Berezovski calificó esas declaraciones como "una campaña de mentiras organizada por el Estado" y dijo no tener nada que ver con el MI6. Se mostró comprensivo con Lugovói y dijo que éste había sido obligado a acusarle. Preguntado sobre el rastro de polonio que Lugovói y Kovtun dejaron tras sí, el primero manifestó: "Fuimos marcados intencionadamente con polonio para poder usarnos después en un escándalo político". También dijo que era posible que el mismo Litvinenko fuera el origen de la sustancia radioactiva, pero señaló que la investigación británica se niega a considerar esta posibilidad. "Mataron a Litvinenko y querían dirigir la culpa hacia mí, pero se descubrió el polonio y que nadie más que el Estado es capaz de producir una tecnología de asesinato usando ese producto, y ahí es donde la operación fracasó", puntualizó Berezovski al Eco de Moscú. "Ahora está absolutamente claro que Putin ha sido pillado y acaba siendo personalmente el que encargó el asesinato", señaló el magnate exiliado.

Lugovói dio una imagen muy poco halagüeña de Litvinenko, quien, según él, colaboraba con separatistas chechenos y en actos de terrorismo. La razón por la que los servicios británicos habrían querido asesinarle es que habían perdido el control sobre él, y la razón de Berezovski para matarle a su vez habría sido que Litvinenko se disponía a chantajearle mediante la revelación de supuestas ilegalidades cometidas por el oligarca. Se trataba, según Lugovói, de información que podía causar mucho daño a Berezovski.

Andréi Lugovoi, tras su conferencia de prensa ayer en Moscú.
Andréi Lugovoi, tras su conferencia de prensa ayer en Moscú.EFE

Personajes de la trama del polonio

El 1 de noviembre, el ex agente del KGB Alexander Litvinenko se reunió en Londres con Mario Scaramella en un sushi-bar y luego con Dimitri Kovtun y Andréi Lugovói en el bar del Hotel Millennium. Días después, Litvinenko moría envenenado con restos de polonio 210 en su cuerpo. Éstos son los protagonistas de aquellos días:

- ALEXANDER LITVINENKO. Agente del KGB desde 1988, donde se ocupó de la lucha contra la mafia. En 2001 denunció que el FSB (heredero ruso del KGB) le había ordenado el asesinato del oligarca Borís Berezovski. Tras ser arrestado varias veces en Rusia decidió instalarse en Reino Unido, donde murió envenenado el pasado 23 de noviembre a los 44 años de edad.

- DIMITRI KOVTUN. Amigo de Lugovói desde los días de la academia militar. Se presenta como asesor de compañías occidentales con intereses en Rusia. Se halló trazos de polonio 210 en los lugares de su paso por Alemania.

- MARIO SCARAMELLA. Experto italiano en seguridad. Fue consultor de la comisión parlamentaria encargada de esclarecer las actividades del KGB en Italia. Fue ingresado un mes después de ver a Litvinenko, con restos de polonio 210 en el cuerpo. Está siendo investigado en Italia por tráfico de armas.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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