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Reportaje:

Del plató al hospital

Salgado afirma que el Ministerio de Sanidad español prohibiría un programa de televisión en el que se subastara un riñón

Isabel Ferrer

El programa El gran espectáculo de los donantes no sería posible en España. Así lo afirmó ayer la ministra de Sanidad, Elena Salgado, cuando se le preguntó por el reality que prevé emitir la cadena holandesa BNN el viernes. La consideración de la medicina como espectáculo "debe conducir a una profunda reflexión", dijo Salgado. "Hay límites que no se pueden flanquear", insistió la ministra, quien aseguró que "si el caso holandés se hubiera producido en España, el ministerio hubiera intervenido, incluso por vía judicial, para frenar su emisión", informa M. R. Sahuquillo.

Pero mientras arrecian las críticas, la productora holandesa sigue adelante con sus planes. "

No somos unos ingenuos y hemos hablado ya en serio con un hospital para que el deseo de Lisa (nombre ficticio de la enferma de cáncer que donará el riñón) pueda hacerse realidad". Así ha explicado Laurens Drillich, presidente de BNN, el canal holandés que mañana emitirá el programa de la donación en directo, su compromiso con la paciente y sus tres posibles receptores. La aclaración era oportuna, porque ninguno de los siete centros médicos nacionales especializados en trasplantes de órganos ha recibido por el momento notificación alguna acerca de la llegada de un riñón.

Otro de los problemas a los que se enfrenta la emisión de El gran espectáculo de los donantes, es el hecho de que Lisa no conoce a los tres candidatos. Las leyes holandesas -igual que la española- permiten "la cesión altruista de un riñón o parte del hígado en vida, siempre que exista una relación demostrada entre donante y receptor". Una vez más, Drillich asegura tenerlo resuelto. Según él, la enferma no será operada de inmediato y así podrá conocer mejor al elegido para quedarse con su riñón. A pesar de que el tumor cerebral que padece es incurable, aún no tiene metástasis y el riñón está intacto. El presidente de la cadena insistió en que el programa era un llamamiento ante la falta de donantes, y un homenaje al fundador de BNN, Bart de Graaff, quien murió cuando estaba en lista de espera para recibir un riñón.

Laurens Drillich, presidente de BNN, ante una fotografía de Bart de Graaff.
Laurens Drillich, presidente de BNN, ante una fotografía de Bart de Graaff.EFE

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