La lucha contra el vertido atrajo a unos 100.000 voluntarios
La descontaminación de la costa gallega tras la marea negra del Prestige se logró gracias al trabajo de unos 100.000 voluntarios que se expusieron a la toxicidad del fuel. Los primeros en salir a luchar contra el vertido fueron los marineros y mariscadores gallegos que, en los improvisados comienzos de la limpieza, tuvieron contacto directo con el hidrocarburo sin ninguna o con escasa protección.
Esta es la razón por la que los autores del Estudio epidemiológico de las repercusiones clínicas, biológicas y funcionales del vertido de fuel del Prestige sobre la salud respiratoria de los marineros de Galicia eligieron a este colectivo para evaluar los daños sanitarios que sufrieron quienes colaboraron en la limpieza. Esta investigación es además la primera que analiza las secuelas que dejó el contacto con el hidrocarburo del petrolero griego a largo plazo (entre año y medio y dos años después de la catástrofe).
La mercancía que transportaba el Prestige en sus tanques era un fuel pesado, con un alto contenido en azufre y compuesto de una mezcla de hidrocarburos, resinas, asfaltenos y heteromoléculas. Los marineros y voluntarios que limpiaron la costa gallega se expusieron a estas sustancias tóxicas en muchas ocasiones sin la vestimenta adecuada para protegerse de sus efectos. Hasta ahora, al igual que en el caso de otras mareas negras, los estudios sobre los efectos de la carga del petrolero griego en la salud se realizaron pocos días o meses después de la limpieza y detectaban en los afectados náuseas, vómitos, mareos e irritaciones de piel y mucosas.
Trastornos más frecuentes
Los primeros datos obtenidos por las autoridades sanitarias ya advertían de estos síntomas. Los servicios del Sergas atendieron a 955 personas implicadas en la limpieza del fuel entre el 29 de noviembre de 2002 y el 27 de enero de 2003. Los trastornos más frecuentes que presentaban los voluntarios fueron irritaciones en los ojos o la garganta (27%), dolores de cabeza (13%), dermatitis (7%) y dificultades respiratorias (10%).
Los estudios posteriores sobre el estado de salud de quienes participaron en la descontaminación de la costa se realizaron a corto plazo y no se centraron en ningún grupo de población concreto. Sus resultados confirmaron estas alteraciones registradas ya por el personal del Sergas y detectaron además daños en el ADN de los afectados. Falta demostrar si esta consecuencia genética de la exposición al fuel del Prestige es irreparable, una averiguación que sólo es posible con investigaciones a largo plazo, a la que está ya dedicada el equipo multidisciplinar.
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