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Crónica:VESTIDOS DE LUCES | Feria de San Isidro
Crónica
Texto informativo con interpretación

Novilleros que cayeron en el olvido

La dureza de la profesión taurina tiene su cara más cruel en aquellos novilleros que toreaban de maravilla y pronto cayeron en el olvido. Un fracaso en una tarde clave. Una cornada a destiempo. Una grave lesión que deja al hombre inútil. Un accidente de tráfico. Graves circunstancias.

Los novilleros que cayeron en el olvido. Un larguísimo rosario de héroes anónimos que pueblan los tendidos de las plazas de toros con la mirada perdida. Sueñan todavía en lo imposible. Unos con generosidad y abnegación. Otros, los menos, con odio y rencor.

Novilleros que toreaban muy bien, y que los avatares y la dureza de la vida dejaron orillados, lejos de realizar sus sueños de toreros. Quedaron sólo en el lejano recuerdo de algún aficionado cabal que una tarde presenció en alguna plaza perdida de los pueblos de Castilla, el valle del Tiétar, la sierra de Madrid, o el campo charro.

Antonio Pérez Montesinos llegó a cortar orejas en Las Ventas, y luego nada. Rafael Sánchez Vázquez, sobrino del matador de Barajas, Rafael Llorente. Tenía una tremenda clase. Adolfo Hernández fue una gran promesa en el campo de Salamanca por su toreo clásico castellano y campero. Pedro García Niño de Alcalá deslumbró una tarde con su mano izquierda al natural en Valdetorres del Jarama; luego el olvido, mas no la pena. Fueron toreros.

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