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Análisis:60º Festival de Cannes
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Putin, su fortuna y el envenenado 'caso Litvinenko'

El 60º festival ha querido animar el último día de proyecciones con la presentación, dentro de la sección oficial, de un filme-sorpresa, que no figuraba en ningún programa. Se trata de Rebelión. El asunto Litvinenko, un documental de gran actualidad realizado por el ruso Andrei Nekrassov y que parte de asesinato por envenenamiento radioactivo del antiguo espía al que se refiere el título.

Nekrassov no se preocupa por la técnica del crimen o la identidad de sus autores. Para él está claro que el comanditario es el presidente Vladimir Putin y lo que quiere es explicar el por qué del crimen.

En su exilio londinense Sasha Litvinenko dejó escritas sus denuncias en dos libros. En Blowing Russia: Terror from Within (La voladura de Rusia: el terror desde dentro), que firmó con Yuri Felshtinsky trataba de la voladura de varios bloques de apartamentos, provocando la muerte de 300 personas, en Moscú, en 1999, que el poder atribuyó a terroristas chechenos y que Litvinenko adjudicaba obra de los servicios secretos rusos.

El segundo libro, La banda de Lubyanka trata sobre el origen de la fortuna y del poder de Putin. Según el ex-espía asesinado y el cineasta el despegue de Putin es hijo de las operaciones de mercado negro que realizó en San Petersburgo, entre 1990 y 1992, con la ayuda europea destinada a alimentación. Putin desvió en su beneficio 850 millones de dólares. Luego Nekrassov se refiere a la implicación del presidente ruso -de una sociedad de la que era máximo directivo- en operaciones de blanqueo de dinero en Lichtenstein (Suiza), dinero procedente del tráfico de drogas.

La cinta es directa y brutal en sus acusaciones, que sostiene con unas pocas pruebas. Nekrassov tiende a santificar a la víctima, presentándola casi como un filósofo o como el hombre que iba a reconciliar las tres religiones monoteístas y olvidándose que todo lo que sabía o intuía Litvinenko no venía de su frecuentación de los textos de Kant o Nietzsche, sino de su experiencia como espía. Ésta es la que da interés al personaje.

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