Las escuelas de Magisterio ganan alumnos, pese al creciente conflicto en las aulas
Los centros que forman a los profesores reconocen que no pueden satisfacer toda la demanda
La carrera de Magisterio se halla de moda. A pesar de la crisis social que vive la educación, con padres que a menudo hacen dejación de sus funciones y se las endosan a los colegios y una creciente conflictividad en las aulas, las tres escuelas de Magisterio de Euskadi se hallan a rebosar. Y ello hasta el punto de que las tres tienen establecido un cupo de matriculación desde hace varios años y todos los cursos se ven obligadas a dejar a muchos alumnos fuera sin plaza. Los directores de los tres centros aseguran que no dan abasto para satisfacer la demanda en las mejores condiciones posibles.
Tal y como se mantienen en lo más alto las matriculaciones, la primera conclusión es que no hay crisis de vocaciones en un sector, a pesar de que cada vez se ha hecho más habitual hablar de sucesos que de cuestiones estrictamente educativas. Prueba de ello es el informe extraordinario publicado a finales del año pasado por el Ararteko sobre la convivencia en los colegios, en el que los centros se muestran "razonablemente" satisfechos con el ambiente que reina en sus aulas, pero las críticas surgen cuando se analiza el ambiente general del sistema educativo.
Es en ese momento cuando sale a la superficie el problema del control en las clases. El informe mostró cómo una parte del profesorado se siente desbordado, atrincherado, frente a una tarea "titánica" para la que no dispone de medios necesarios, una autoridad reconocida, formación adecuada, tiempos y espacios para ejercer de tutor, apoyo de la Administración, marcos legales claros, recursos y una sociedad que no exija a la escuela lo contrario de lo que practica.
Y, sin embargo, las tres escuelas de Magisterio de Vitoria, Bilbao y San Sebastián no son capaces de satisfacer la demanda de alumnos. Xabier Etxaniz, director de la de Vitoria, destaca: "Los datos confirman que el magisterio está de moda. Llevamos varios años con más de 1.000 alumnos, cifra a partir de la cual hay una serie de ventajas, como disponer de más equipo directivo. El problema es que hay mucha demanda y no la podemos absorber en las mejores condiciones". Etxaniz apunta como uno de los estímulos para estudiar el hecho de que antes el sistema educativo se encontraba saturado, pero ahora, en cambio, se están abriendo aulas para niños de dos años (la escolarización obligatoria empieza los seis), lo que implica la necesidad de una plantilla mayor.
"La gente que estudia la carrera de Magisterio tarda más o menos en conseguir trabajo, pero sale adelante", explica. "Antes era posible ver a gente que había estudiado Magisterio por tener una titulación media que le posibilitaba el acceso a otras opciones, pero ahora cada vez son más los que estudian porque les gusta y se colocan en la enseñanza".
Crisis social
Etxaniz no cree que la figura y la autoridad del profesor se encuentren en crisis. En su opinión, se trata de una crisis generalizada que sufre la sociedad y que repercute con más fuerza en los colegios. "Vivimos en una sociedad en la que se quieren inculcar una serie de valores como la amistad, el esfuerzo, el pacifismo, la defensa del medio ambiente, pero se machaca con otros mensajes desde la televisión y el entorno. Hay una crisis social a todos los niveles. Los padres no se quieren comprometer, no quieren hacer nada y se delega todo en la escuela". "La función educativa está quedando relegada y así todos los problemas están cayendo encima del colegio, un estamento que ya de por sí tiene su labor. El problema no es educativo, es social", apunta Etxaniz.
El responsable de la Escuela de Magisterio de San Sebastián, Tomás Zubimendi, resalta que todas sus plazas se llenan y con buenas perspectivas de trabajo para el futuro. "Los chavales que vienen a estudiar no se asustan por lo que escuchan. Se trata de una carrera con varias ventajas: es corta y tiene buenas posibilidades de colocación. Son cosas que hay que tener en cuenta y que pesan en la balanza al elegir. Aparte, claro, de la vocación. Para dar clase hay que tener vocación. Además de maestros, hay que hacer un poco de todo, como psicólogo".
Respoecto a las quejas de algunos profesores que demandan más respaldo de la Administración para mejorar la convivencia escolar, Zubimendi cree se trata de sensaciones particulares: "Es posible que una parte del profesorado tenga esa percepción, pero otra cosa es que en la realidad sea así. Lo que sí veo es la necesidad de formar a directores en las escuelas de Magisterio. Eso mejoraría bastante la situación. porque un director formado arrastra al resto del equipo docente".
El director de la Escuela de Magisterio de Bilbao, Julián Maia, apunta: "Prácticamente solemos llenar las plazas que ofrecemos". Algunas pueden quedar libres, porque se reservan para unos cupos de formas de acceso a la universidad determinados, como, por ejemplo, mayores de 25 años, extranjeros, previamente titulados. De hecho, desde hace unos años aplican numerus clausus y lo están reduciendo año a año. "Algunos grupos son demasiado numerosos para poder aplicar las nuevas metodologías de la manera que nos gustaría y que exigen una mayor relación personal entre profesores y estudiantes para guiar el proceso de aprendizaje del alumnado".
Maia recuerda que a comienzos de los años 90 sí se produjo una crisis en las vocaciones, pero se remontó y paulatinamente ha ido subiendo hasta el punto de que se ha desbordado la demanda. "Es cierto que ahora se discute más lo que dice el profesor y todo se mira con lupa, pero el empuje de la carrera es fuerte".
Docentes de inglés
Las tres escuelas de Magisterio de la comunidad autónoma reúnen este curso a cerca de 3.000 alumnos en sus diferentes especialidades de Infantil, Primaria, Educación Física, Especial, Música y Lengua Extranjera. La Educación Infantil es la que más matriculaciones tiene y una de las que mejores perspectivas laborales ofrece, dado que cada vez se abren más aulas para el ciclo de 0 a 3 años, tanto en la red pública como en la privada concertada.
Otra de las especialidades con más salidas es la de Lengua Extranjera, los profesores de inglés. La aspiración del Departamento de Educación pasa por reconvertir el actual sistema de modelos en otro que de paso al trilingüismo, donde tenga cabida el inglés junto al euskera y el castellano, aunque con menor carga horaria. Para ello resulta necesario aumentar de manera muy considerable la plantilla de docentes que dominen este idioma y, de momento, eso queda lejos.
El director de la Escuela de Magisterio de Bilbao reconoce que "podría esperarse mayor demanda dada la necesidad que hay de estos profesores, pero la petición no es alta". Si se observan los datos de las prematrículas para el próximo año, se comprueba que existe una desproporción entre la demanda para Infantil y Lengua Extranjera: 424 frente a 40. "Hay que mentalizar a los alumnos de que alguien que salga con la especialidad en inglés tiene el trabajo asegurado". Maia entiende que eso aún no es fácil porque requiere que los alumnos que se matriculen lleguen ya con un nivel muy alto de inglés.
"Hay que trabajar más el campo del aprendizaje de idiomas. Por ejemplo, sería muy interesante que se respetase la versión original en inglés en algunas películas o que se emitiesen dibujos animados en inglés para los niños".
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