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Seguridad para el relevo generacional

La gran demanda para estudiar la carrera de Magisterio garantiza, según los tres directores de las escuelas de formación, el relevo generacional entre el profesorado. En su momento, el Consejo Escolar de Euskadi alertó de que a medio plazo podía producirse un grave problema, ya que en 15 años el ritmo de jubilación de los docentes será entre dos y tres veces superior al actual.

En su último informe sobre la situación de la enseñanza en la comunidad autónoma, el Consejo Escolar advertía de la posibilidad de que no hubiese suficientes profesores para reponer las bajas, dada la elevada media de edad de la plantilla, que ronda los 47 años. Ello iba a motivar jubilaciones en bloque. Según este mismo estudio, será esa alta edad y no la exigencia de saber euskera la que marque las dificultades para el relevo.

El requisito de conocer la lengua vasca restringe el acceso al sistema de enseñanza de Euskadi a los docentes que se formen en las facultades de la comunidad autónoma y de Navarra. A diferencia de lo que ocurre en otras profesiones con déficit de especialistas, como los médicos, donde se puede recurrir a contratar extranjeros o a nacionales de otros lugares, en la enseñanza esta posibilidad resulta inviable. Hoy en día, las posibilidades de colocación pasan por poseer el perfil lingüístico 2, que faculta para dar clases de euskera o en euskera.

"Un maestro sin perfil de euskera lo tiene muy complicado para colocarse", reconoce Xabier Etxaniz. "En la escuela de Vitoria, de cada tres alumnos dos cursan los estudios íntegramente en euskera y uno en castellano. Los que hacen la carrera en castellano son conscientes de que, si se quieren colocar, luego tienen que aprender euskera". En el caso de San Sebastián, más del 90% sigue los estudios en lengua vasca.

Relación con los padres

El director de la Escuela de Magisterio de Bilbao, Julián Maia,

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apunta además la conveniencia de trabajar en los centros de formación las relaciones que se pueden entablar entre las familias y los docentes, uno de los puntos débiles del sistema educativo. "Cada vez más voces demandan más atención en este aspecto", resalta.

Uno de los escollos que en la actualidad deben salvar los colegios es el desafecto, la crítica y el cuestionamiento por parte de los padres que en muchos casos encuentran los docentes hacia su labor pedagógica. "Hace años, la relación con las familias se improvisaba, salía sin más. Ahora es necesario tratarla de una manera más específica. Hay que dedicar un apartado de la formación de los futuros docentes a saber tratar con los padres de los alumnos, porque la comunicación ha perdido fluidez", razona Maia.

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