Escuelas de valor en Brasil

En la escuela pública brasileña reina la alegría, a pesar de las circunstancias adversas en las que está encuadrada. Al menos eso se desprende de las imágenes que componen la exposición con la que el fotógrafo español Carlos Díez Polanco recala en seis ciudades de Brasil: Recife, Salvador, Curitiba, Porto Alegre, São Paulo y Brasilia. Antes de Brasil, el fotógrafo ha recorrido 30 países de América Latina.

"El resultado de la prueba realizada por el Ministerio de Educación en todas las escuelas públicas de enseñanza primaria fue altamente negativo en cuanto al rendimiento de los alumnos", explica Andrés Cardó, director general de la editorial Moderna. "Sin embargo", continuamente, "constatamos que algunas escuelas situadas en contextos geográficos y sociales adversos -lugares de tráfico de drogas, de pobreza extrema, de dificultades de locomoción-, demuestran mayor rendimiento y calidad de la enseñanza".

Con esos datos en la mano, esta editorial y la Fundación Santillana decidieron indagar qué tenían esos centros para quedar tan bien colocados en la prueba. Se escogió por sorteo un rosario de esas escuelas en seis estados del país y se encargó a Díez Polanco que fuera a descubrir y dejar un testimonio fotográfico de las características de los colegios.

En 40 días, él y su equipo recorrieron 13.000 kilómetros y tomaron miles de fotografías, en las que captaron la alegría de alumnos y profesores.

En el estado de Amazonia, destacó el valor de la solidaridad de las escuelas; en Río Grande do Sul, la autoestima; en Pernambuco, la armonía; en Bahía, la resistencia y en las escuelas indígenas de Tocantins, la fuerza de la identidad.

Así lo fueron explicando al fotógrafo los directores de las escuelas. Éstos dejaron claro que el buen resultado de los alumnos se había debido a un trabajo conjunto, en clave positiva y con deseo de superación, de profesores, alumnos y comunidades, capaces de hacer frente con sus propios medios a las situaciones difíciles.

Además de las exposiciones en seis grandes ciudades del país (la última será en Brasilia el día 15 de este mes), la editorial Moderna ha organizado talleres y mesas redondas con profesores y alumnos para discutir el resultado del trabajo gráfico.

"Lo que más recuerdo de mi experiencia en esas escuelas difíciles, pero que han conseguido superar las dificultades del entorno con otros valores, fue la alegría, la felicidad que rezumaban tanto los alumnos como los profesores y el cariño inmenso que nos brindaron a todo el equipo", dijo Díez Polanco. El fotógrafo se confiesa halagado al haber sido bautizado como el "Sebastião Salgado de la alegría".

A pesar de haberse sentido orgulloso de ser comparado con el gran fotógrafo brasileño, Díez Polanco afirmó: "Mis fotografías son, sin embargo, diferentes. Salgado fotografía y denuncia magistralmente la situación de los más necesitados, de la miseria. Las mías intentan reflejar la alegría escondida de los niños a pesar de las condiciones terribles en que viven".

Con las principales fotografías de la colección se ha editado un libro, Escolas de Valor, preparado por el diseñador y arquitecto Francisco Homem de Melo. Jesús de Polanco, presidente de la Fundación Santillana, ha escrito que el mensaje del libro es "la confianza en la escuela pública de Brasil", que con todas sus dificultades es capaz, como se desprende de este trabajo fotográfico, "de dotar a la sociedad de ciudadanos educados en el sentido más profundo de la expresión".