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Entrevista:JAVIER BERMEJO | Miembro de la ejecutiva del Consorcio ESS Bilbao

"No está garantizado que salga adelante la fuente de neutrones"

La candidatura de Vizcaya para alojar la fuente europea de espalación por neutrones puede convertir al País Vasco en sede de una infraestructura científica de primer nivel que promoverá proyectos de investigación básica de vanguardia en biología, ingeniería y materiales, entre otras áreas. El investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Javier Bermejo (Santiago de Compostela, 1951), miembro de la comisión ejecutiva del Consorcio ESS (European Spalation Source) Bilbao, que impulsa la candidatura, colabora actualmente con las fuentes de neutrones inglesa y francesa. Este físico, profesor del Departamento de Electricidad y Electrónica de la Universidad del País Vasco (UPV), alerta de que las pugnas geopolíticas y la falta de preparación previa pueden malograr el proyecto. Esta semana ha ofrecido en Bilbao una conferencia divulgativa, organizada por la UPV, sobre las características del futuro centro.

"Hay que desarrollar capacidades propias para si fracasa la candidatura poder hacer un proyecto regional"

Pregunta. ¿Qué posibilidades reales tiene la candidatura de Vizcaya?

Respuesta. Hace un año eran claras, porque éramos el único país que se ofreció. Ahora Suecia, Hungría y Gran Bretaña también optan a la fuente. Existen posibilidades, pero la candidatura sueca es muy fuerte porque tiene experiencia en estos proyectos, mientras que España ha desaprovechado las oportunidades de comenzar una pequeña base tecnológica que dé credibilidad. Aún así, ni siquiera está garantizado que la fuente europea salga adelante. Reino Unido, Francia y Alemania tienen sus propias fuentes y hacer un proyecto de segunda entre España, Suecia y Hungría no tiene sentido. Además, una única gran instalación en Europa, a menos que se cree una red, no permite preparar adecuadamente proyectos en todo el continente, porque se trabaja a ciegas. Hay que replantearse todo.

P. ¿Se encuentra Euskadi preparada para alojar una infraestructura así?

R. Dará servicio a 240 investigadores españoles, que es una masa suficiente y muy superior a la que tienen en Suecia y Hungría. El País Vasco tiene capacidades especialmente valiosas por su tradición con el metal y la ingeniería de precisión. Estamos suministrando piezas para el Reino Unido que allí tienen dificultades de producir. Hay capacidad suficiente; basta con ver que hasta Portugal y Brasil tienen sus propios reactores.

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P. ¿Cómo impulsa el Consorcio la candidatura?

R. Estamos produciendo aparatos para la fuente de neutrones inglesa y esa colaboración nos permite aprender, pero el resto de las iniciativas técnicas están paradas porque hay que esperar a nombrar un director científico extranjero, como si nosotros no pudiéramos dirigirlo. Tenemos un pequeño consorcio con empresas y desde hace un año queremos promover un pequeño laboratorio con aceleradores, pero todo son dificultades porque todo se analiza en clave de poder.

P. ¿Qué aportarían Euskadi y España en su conjunto al proyecto y qué Europa?

R. De los 1.500 millones de euros España pondrá 330 millones, pero si se elige a Vizcaya tal vez duplique esa cantidad. En cuanto al personal, el equipo de dirección se seleccionaría mediante concurso público, y de los 600 empleados fijos unos 400 serían españoles. Lo sensato sería que nosotros construyéramos buena parte de la instalación, porque la colaboración con la fuente de espalación inglesa demuestra que somos capaces, pero hay quien piensa los extranjeros son más listos. Si sale adelante será un pelotazo a nivel industrial muy importante por las empresas que generaría alrededor. En Grenoble

[donde se encuentra la fuente de neutrones francesa], el 90% de los instrumentos necesarios se compran en esas spin-off.

P. Si fracasa la candidatura vizcaína, ¿cómo se aprovechará el esfuerzo realizado?

R. Hay que desarrollar capacidades propias para que si fracasa la candidatura podamos hacer un proyecto regional y participar de manera sustancial en la construcción de la fuente europea; si no, quedará en nada. Nuestras colaboraciones con Gran Bretaña muestran que a partir de la cooperación internacional se pueden crear cosas aquí.

P. ¿Un proyecto tan ambicioso dejará sin fondos al resto de áreas de investigación?

R. Lo dudo. El dinero, gracias a los fondos europeos, no es un problema, y además tampoco es tanto. Todo el centro cuesta 1.500 millones, cuando el presupuesto de un único telescopio, al que aspira Gran Canarias, vale mil millones. Es una quinta parte de la inversión que suponen unos Juegos Olímpicos. No se utilizará para terapias contra el cáncer, como se dice, porque la Clínica Universitaria de Navarra ha comprado aceleradores de protones, un sistema muy eficaz, para ello. Pero los departamentos de Electricidad y Electrónica y los ingenieros podrán involucrarse en una cantidad impresionante de proyectos, con lo que se incrementará el índice de patentes de las universidades.

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