Reconstruir el pasado alemán
Un programa informático permitirá recomponer 45 millones de documentos que la República Democrática mandó destruir
Un programa informático amenaza con revelar los secretos de la antigua República Democrática Alemana (RDA). El software ha sido desarrollado por el Instituto para los Sistemas de Producción y Diseño de Tecnología (IPK) Fraunhofer, de Berlín. Comenzará con la reconstrucción del 2% de los 45 millones de documentos que fueron pasados por la trituradora o rotos a mano, pero el Gobierno de la RDA no tuvo tiempo de quemar. Más tarde, si el sistema funciona -y se espera que sí y que cada vez sea más rápido, porque se trata de un programa que aprende de sus propios errores- se emprenderá la recuperación del resto.
Los restos de papel -homogéneas tiras de las trituradoras junto con otros pedazos irregulares rotos a mano por los desbordados funcionarios- llevan 17 años en las mismas bolsas en que debían ser transportados hasta las incineradoras. La caída del Muro de Berlín en otoño de 1989 fue tan rápida que la Stasi -la temida policía secreta- no tuvo tiempo de borrar su pasado. La orden que recibieron miles de funcionarios fue la de destruir millones de documentos. Pero este cometido se quedó a medias. Las trituradoras de papel funcionaron hasta reventar, y las manos de los empleados públicos hicieron el resto. Pero la ola de libertad que llegaba desde Berlín Occidental fue tan rápida que las sedes que contaban con hornos fueron tomadas por personal del Oeste antes de que éstos pudieran completar su trabajo.
Hacer el trabajo a mano ocuparía a 30 personas durante más de 600 años
El Gobierno de la Alemania reunificada ya intentó reconstruir aquellos papeles, 600 millones de trozos de archivos de un pasado que cada vez despiertan más curiosidad entre los alemanes, como muestra la película La vida de los otros. Pero tuvo que desistir. El trabajo manual hubiera llevado entre 600 y 800 años a 30 personas que trabajaran a jornada completa, lo que resultaba demasiado caro y lento. Pero el nuevo sistema podría hacerlo en cinco años, dice Bertram Nikolay, jefe de seguridad informática del Instituto Fraunhofer y primera firma del artículo que presenta este software en la edición digital de la prestigiosa revista científica Nature. Aunque se trata de "tecnología punta, por lo que siempre se corre el riesgo de que no funcione", matiza el máximo responsable de la recuperación de los documentos de la antigua Alemania Oriental, Günter Bormann.
La parte más trabajosa del proyecto, que ha sido dotado inicialmente con 6,3 millones de euros, es el escaneado por ambas caras de los millones de pedacitos (inicialmente, 12 millones de tiras de papel del ancho de un dedo y el largo de un folio, como mucho). Los investigadores cuentan con que la mayoría de los restos de un mismo documento esté en una sola bolsa.
Una vez estén las imágenes guardadas en la memoria de los ordenadores, éstos comenzarán a montar el gigantesco rompecabezas. Primero, seleccionarán los trozos del mismo color y tipo de papel. Luego agruparán los que estén escritos con la misma caligrafía o los que tengan textos escritos impresos por la misma máquina. Por último, las piezas de un texto se ordenarán completando las palabras. Y las firmas, algo que escocerá mucho más.
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