"Nunca pensé que tendría que salir de Cuba"
Durante muchos años Raúl Rivero ha sido una de las voces del periodismo independiente en Cuba. Desde la agencia CubaPress, que fundó a mediados de los noventa, en unas condiciones precarias, sin bolígrafos, ni papel, ni teléfonos, Rivero se reconstruyó como periodista. Se tuvo que reinventar en el "camino de la ética del periodismo".
Con CubaPress, consiguió que "mucha gente tuviera información de una sociedad cerrada a la realidad y que los periodistas del Gobierno convertían en un cuento de hadas". "La vida en Cuba es otra, tratamos de enseñar la verdadera realidad, por encima de los mitos propagandísticos del Gobierno como son la salud y la educación", confesaba ayer un satisfecho Rivero, que tuvo que huir de su país en 2005 y se refugió en España con su familia, después de ser condenado a 20 años de cárcel, de los que llegó a cumplir casi dos. "Nunca pensé que tendría que salir de Cuba. Había sido arrestado muchas veces, pero nunca condenado".
Rivero cree que el periodismo independiente ha sido un punto muy importante en el nacimiento de la sociedad civil en Cuba. Recuerda que la situación en las cárceles fue durante muchos años un gran misterio. Pero no el único.
"Para los cubanos, Cabrera Infante nunca ha ganado el Cervantes, no se ha caído el muro de Berlín, ni ha sucedido nada en la plaza de Tiananmen. Para un periodista, lo peor es la censura", asegura el escritor, que sigue muy pendiente de los "300 presos políticos, 24 de ellos periodistas", que hay en la isla. Cada semana publica una crónica en Internet con casos puntuales. La última, sobre los efectos de la tuberculosis entre los reclusos.
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