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150 voluntarios españoles ensayarán una vacuna contra la cocaína

El hospital de Sant Pau de Barcelona actuará como centro coordinador del ensayo de una vacuna contra la cocaína en el que participarán 150 enfermos de Barcelona, Valencia y Madrid. La puesta en marcha del proyecto, el primero en Europa de este tipo, está pendiente de un acuerdo final entre el laboratorio que ha sintetizado la vacuna y el grupo español que coordinará los trabajos. Este acuerdo se espera que se formalice en septiembre, con lo que el ensayo no se iniciará antes del año que viene, según José Pérez de los Cobos, jefe de la unidad de Conductas Adictivas del citado hospital.

La sustancia que se quiere estudiar enseña al sistema inmunológico de la persona dependiente de la cocaína a atacar esta sustancia cuando entra en el organismo y crear anticuerpos que bloquean la droga. Pérez de los Cobos remarcó ayer que durante el congreso de la Sociedad Española de Toxicología celebrado en febrero se contactó con la empresa y se acordó llevar adelante el proyecto.

En los acuerdos previos se quedó en reclutar a 50 pacientes de las tres ciudades citadas y en probar la vacuna durante unos seis meses. Los pacientes que se seleccionen deberán ser dependientes de la cocaína, tener entre 18 y 50 años y no sufrir otras enfermedades físicas o trastornos mentales para evitar cualquier riesgo durante el estudio.

Definición de dependencia

A estos pacientes no se les exigirá un tiempo determinado de dependencia de la droga, sino que encajen en la definición de dependencia establecida por las sociedades médicas porque el síndrome de abstinencia en la cocaína no es tan importante como en la heroína, y el problema no es cortar su consumo, sino su reinstauración, ya que se puede estar días sin consumir. El que cada vez produzca menos efecto la misma dosis y se necesite aumentarla, y los esfuerzos infructuosos para intentar controlar o eliminar el consumo son criterios que definen a un cocainómano. También el que cada vez conseguir la sustancia y reponerse de los efectos ocupe más tiempo en la vida de la persona -lo que va en detrimento de otras actividades que antes eran importantes- es otro de los signos que denota dependencia. Según José Pérez de los Cobos, con tres de estos requisitos se considera que una persona es dependiente.

Hasta ahora, las personas que desean dejar esta droga reciben principalmente apoyo psicológico, aunque el síndrome de abstinencia y el elevado riesgo de recaídas comporta que un gran porcentaje de estas personas abandonen el tratamiento antes de estar curados.

Desde 1999, el consumo de cocaína se ha duplicado en España, donde se estima que la tasa de prevalencia para el grupo de edad de entre 15 y 64 años es del 2%, casi el doble que en el resto de Europa.

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