La oposición del nuevo presidente al ingreso de Turquía inquieta a los Veintisiete

El triunfo de Nicolas Sarkozy despertó ayer inquietud en Bruselas tanto por sus ideas sobre el papel del Banco Central Europeo como por sus reiteradas manifestaciones en contra de la entrada de Turquía en la UE. Varios ministros de Economía salieron en defensa de la independencia del BCE, y el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, expresó su deseo de que el líder francés no insista en la idea. Esta preocupación contrastó con la satisfacción de los partidos de la derecha europeos, que ven en Sarkozy a un potente aliado para encontrar un acuerdo sobre la Constitución.

Los ministros de Economía de los Veintisiete, que ayer se encontraban en Bruselas con ocasión de las reuniones del Eurogrupo y del Consejo de Economía, cerraron filas en defensa de la independencia del Banco Central Europeo (BCE), y marcaron distancias sobre las tentaciones de Sarkozy de querer influir en la política monetaria que fija los tipos de interés. "Yo no creo que debamos imponer limitaciones a la acción del BCE, que es una institución independiente", señaló el ministro alemán de Finanzas, Peer Steinbrück. "Ningún político debe ejercer presión sobre el BCE", avisó el titular de Economía germano, Wilhelm Molterer.

Pedro Solbes, vicepresidente segundo del Gobierno español y ministro de Economía, también expresó su oposición a modificar "el modelo de toma de decisiones económicas de la UE". Solbes señaló que "el Tratado está muy bien redactado" cuando establece que la política monetaria es competencia exclusiva del BCE. El líder francés había expresado también su preocupación por la excesiva fortaleza del euro porque encarece y resta competitividad a las exportaciones francesas. El tipo de cambio ligado a la fijación de los tipos de interés es competencia del BCE.

El otro frente de confrontación es la negociación para la adhesión con Turquía, que según Sarkozy carece de sentido por tratarse de un país que pertenece a Asia y no a Europa. El rechazo de Sarkozy a la entrada de Turquía a la UE fue contestado ayer por el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, aunque con tono distendido. "Espero", dijo Erdogan -que envió un telegrama de felicitación al nuevo líder-, "que el presidente electo francés, Nicolas Sarkozy, no haga comentarios similares a los que hizo durante su campaña electoral sobre el proceso de adhesión de Turquía y las relaciones turco-francesas", informa Efe.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, recordó que las actuales negociaciones se acordaron por "unanimidad de todos los Estados miembros" y que si alguien quiere modificar el mandato negociador "debe plantearlo y asumir las consecuencias". Barroso señaló que dada "la sensible situación en que se halla Turquía", lo más adecuado era esperar el final de las negociaciones "para que los Estados miembros adopten una decisión".

La derecha europea se relame ante la posibilidad de que se produzca un conflicto institucional. La nueva Constitución, más reducida, pero que mantiene la sustancia del texto de 2004, que propugna la canciller alemana, Angela Merkel, encaja bien con "el minitratado" que quiere el nuevo presidente francés. El eje franco-alemán vuelve a visualizarse.

El presidente del Partido Popular Europeo (PPE), Wilfried Martens, manifestó ayer que "la elección de Sarkozy marca una nueva era para Francia y para Europa. Su victoria, así como las recientes de miembros del PPE en Suecia, Finlandia y Alemania, marcan "la nueva tendencia política europea". "Los ciudadanos", precisó Martens, "prefieren los partidos que ofrecen soluciones concretas a los desafíos reales como inmigración, economía y medioambiente".

El presidente del PPE aseguró que "junto a Merkel, Sarkozy proporcionará el muy necesitado liderazgo para reformar Europa". "Quiero hacer una llamada a nuestros socios europeos para decirles que creo sinceramente en la construcción europea y que anoche Francia apoyó Europa".