Shrek tiene trillizos
Hace dos meses, la portada de la revista Weekly Them (Su Semana) chillaba desde un quiosco-torreón de cartón piedra en letras amarillas: "Sir Shrek entra en crisis frente a los paparazzi. ¿Podrá el aspirante a rey manejar la situación?". Una imagen del ogro más rentable de la historia del cine de animación ilustraba la página. La falsa publicación colgaba de la pared de este quiosco, situado frente a un restaurante muy poco ortodoxo: café en cantidades industriales; mucha coca-cola; al fondo, una mesa de pimpón; a un lado, un futbolín; sobre una pared, un panel de fotos con cientos de jóvenes sonrientes, y a su lado, un fotograma gigante de un gran banquete sobre una mesa a la que se sientan Shrek, la princesa Fiona, el rey, la reina y, cómo no, Donkey, el burro parlanchín.
Como la presión de las responsabilidades paternas ahoga a Shrek, la cámara gira obsesivamente en torno a él
La industria de la animación digital está dominada por jóvenes talentos. Hay quien ni siquiera ha cumplido los 25
Bienvenidos a los estudios PDI/Dreamworks SKG, en Redwood, junto a San Francisco, donde desde hace cuatro años se cocina el futuro de un ogro verde, tierno y ácido a la vez, algo cascarrabias, que volverá a las pantallas de todo el planeta en las próximas semanas bajo el gráfico título de Shrek el tercero.
La revista 'Weekly Them', con otras portadas en las que se acusa al Gato con Botas de promiscuo y a los Tres Cerditos de obscenos, es parte de los ataques de creatividad con los que a veces se relajan las más de 400 personas embarcadas en el proyecto estrella de los estudios de Steven Spielberg, David Geffen y Jeffrey Katzenberg. A la empresa le gusta estimular a sus empleados hasta tal punto que en el último piso del edificio se ha construido "el confesionario de Shrek". Crisis artísticas o existenciales pueden ser subsanadas en el interior de esta caseta con aire de fábula en la que hay pelucas, gorros de hada, varitas mágicas y un sillón situado frente a una cámara de vídeo ante la que es posible desahogarse, insultar, sugerir, contar chistes? Quien decida usar el confesionario tiene la opción de apretar el botón de grabación y que sus palabras y actos queden registrados para la posteridad (y para los extras del dvd de Shrek el tercero).
¿Expresarán allí su frustración los animadores por haber sido obligados a mantener en secreto durante cuatro años el nacimiento de los retoños de Shrek? Chris Miller, uno de los dos directores de la película, se hace el loco. "¿El niño?, ¿qué niño? No sé de qué me hablas". El codirector, Raman Hui, también tiene la boca sellada.
Resulta entre cómico y grotesco escuchar a todos los responsables del filme negar la existencia de al menos un mini-Shrek después de haber mostrado a la prensa algunas secuencias de la nueva película, incluida una en la que la princesa Fiona le confiesa a su marido que está embarazada. Pero la trinchera de silencio es infranqueable. A todos los jefes de departamento que van a explicar cómo se hizo Shrek el tercero se les ha pedido específicamente que no mencionen la descendencia del ogro. "No puedo decirte ni que sí, ni que no", insistía la responsable de prensa durante el viaje que se organizó a los estudios PDI/Dreamworks el pasado marzo para promocionar el filme.
La atmósfera de secretismo era sólo comparable a la que rodeó el nacimiento de Suri, la hija de Tom Cruise y Katie Holmes; sólo que, en aquel caso, el siempre obsesivo Cruise intentaba preservar su intimidad, y en éste, todo es una pura cuestión económica: el efecto sorpresa es vital con vistas al éxito del filme, según parece, y el miedo a la piratería, que le hace perder a Hollywood 18.000 millones de dólares anuales, es atroz. Pero con la película a las puertas del cine, ya es imposible seguir ocultándolo: Shrek está a punto de ser padre. Lo que ni él mismo se imagina es que Fiona ha concebido no uno, sino? ¡tres retoños! Si en la primera entrega el ogro descubrió que la soledad de su charca no tenía sentido sin el amor de Fiona y en la segunda se mudó a ese mundo rosa (inspirado en Hollywood) del reino de Far Far Away para demostrarle sus sentimientos, en la tercera asistiremos a la prueba de fuego: "Shrek tiene que asumir responsabilidades, pero le va a resultar muy duro. Ésa es la clave de la nueva película", afirma Miller.
Los trillizos, para qué negarlo, -según la foto entregada in extremis por Dreamworks para este reportaje- son enternecedores, aunque vomiten con ferocidad de ogro y sean tan verdes como su padre. Pero además de la paternidad por triplicado, que le acongoja, a Shrek también le va a tocar ejercer temporalmente como rey. En su intento por evitarlo saldrá a buscar a un primo lejano de Fiona (al que en la versión estadounidense del filme pondrá voz el cantante Justin Timberlake) acompañado, cómo no, por su fiel Donkey y por el Gato con Botas (interpretado por Antonio Banderas). Además asistiremos al regreso del malvado príncipe Charming y a toda una procesión de personajes secundarios como Blancanieves o la Bella Durmiente, con vestidos y peinados mucho más sofisticados que en las dos películas anteriores.
"Hemos dado pasos de gigante desde la primera entrega. Simplemente conseguir el render [el proceso por el que se produce la imagen final de cada secuencia en un ordenador], ya parecía un milagro en Shrek. Pero ahora el hardware es mucho más rápido, hemos perfeccionado el software, los personajes están más definidos?, así que hemos podido centrarnos en los detalles, el movimiento y la expresividad", explica Nick Walker, el jefe de layout, el equivalente en lenguaje cinematográfico tradicional al director de fotografía. Y como en Shrek el tercero la presión de las responsabilidades ahoga constantemente a su protagonista, la cámara también gira en torno a él con obsesividad. "Es como en las películas con humanos. La posición de la cámara ayuda a transmitir sensaciones", añade.
Eso también se nota en la paleta de colores escogidos para este filme, donde predominan los cielos nublados y los tonos grisáceos. Y gracias a las mejoras técnicas, el departamento de arte ha jugado con luces difuminadas y sombras, uno de los avances que más enorgullecen tanto a ese equipo como al de efectos especiales. "Nos ha ayudado a que tanto los personajes como los escenarios sean creíbles, lo que no significa que intentemos ser realistas. La animación aspira a dar una ilusión de realidad, pero no a imitarla", asegura Guillaume Aretos, el diseñador de producción, cuyo equipo comenzó a trabajar en la preproducción de Shrek el tercero en noviembre de 2002. Un año después, tras miles de dibujos en 2D y después de haber ideado los 82 decorados de la película -de los cuales 67 son nuevos y 15 proceden de los filmes anteriores-, arrancó la producción en 3D.
Hasta ahora, el equipo responsable de la nueva entrega, que prácticamente no ha cambiado desde la primera entrega -a excepción del director de Shrek y Shrek 2, que ha huido al cine de carne y hueso, triunfando con Crónicas de Narnia- ha probado de sobra su talento.
Shrek ganó el Oscar a la mejor película de su género y fue candidata al mejor guión adaptado, mientras que Shrek 2 consiguió convertirse en el filme de animación de mayor recaudación de la historia (920 millones de dólares). Además fue el tercero más visto de todos los tiempos en Estados Unidos y el noveno a escala planetaria, algo que, obviamente, incita a querer seguir batiendo récords. Tanto económicos como cinematográficos.
En lo económico, el ogro está muy bien situado: Shrek y Shrek 2 recaudaron 1.400 millones de dólares en taquilla en total y vendieron 90 millones de DVD. En PDI/Dreamworks, todos esperan que el milagro se repita, y además se prepara para 2008 el musical para Broadway, otro éxito casi seguro.
En la parte puramente creativa, las películas, basadas en el libro homónimo de William Stieg, han sabido combinar los diálogos mordaces y los guiños culturales (estilo Los Simpson, pero en versión light) que satisfacen a un público adulto con contenidos mágicos y enternecedores ante los que se rinden los niños. Pero, sobre todo, Shrek ha contribuido de forma muy sana a estimular la competitividad en el mercado de la animación digital.
La unión entre Dreamworks y los estudios PDI, que hasta 1996 se limitaban a ofrecer servicios y que tras ser absorbidos por la productora de Spielberg se lanzaron al mundo de los contenidos, aceleró los motores de la animación por ordenador. En los años noventa, el indiscutible padre del género era John Lasseter, de los estudios Pixar, responsable de Toy story, la película que en 1995 les abrió los ojos a las grandes compañías respecto al potencial del universo pixelado.
Toy story, Buscando a Nemo y Los increíbles nacieron de la colaboración entre Pixar y los estudios Disney, que tras una bronca monumental el pasado año optaron por pagar 7.400 millones de dólares para que Pixar no se uniera a la competencia. En 1996, PDI y Dreamworks se asociaban (en 2004, el primero era adquirido por el segundo), entrando así en la batalla por un mercado cuyas dificultades técnicas permite estrenar sólo una o dos películas anuales por estudio, pero en el que rápidamente la empresa encontró su espacio gracias al éxito de Antz, su primer filme.
Poco después, Blue Sky, otra empresa de servicios de animación digital, se asociaba con los estudios 20th Century Fox y lanzaba en 2002 su primer gran éxito, Ice age. También Sony ha entrado en la escena digital creando Sony Pictures Animation, que prepara su primera película para el año próximo.
La industria está dominada por jóvenes talentos, como demuestra el hervidero de treintañeros que se pasean por PDI/Dreamworks. Hay quien ni siquiera ha cumplido los 25. "Me metí en este mundillo a los 17 o 18 en plan autodidacta. A los 20 ya trabajaba en una empresa de videojuegos en Londres, y desde el año pasado, aquí". Lo cuenta Carlos Fernández Puértolas, alias Charpu, de 24 años, el único animador español que ha trabajado en Shrek el tercero. "Desde que vi Toy story supe que quería hacer algo así". Poco importa que su padre no le tomara en serio en su Madrid natal: "¿Tú crees que sin una carrera y dibujando muñequitos vas a ganarte la vida?", le decía. El tiempo, como a todos los que apostaron por la animación digital, le ha dado la razón a Charpu. Que le pregunten a Shrek el tercero.
'Shrek el tercero' se estrena en España el próximo 22 de junio.
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