La mano malaya
El bebé y la tonadillera. Podría ser el título de una astracanada del cine español de los cincuenta, pero a veces la realidad supera incluso al astracán, y la recién nacida Sofía logró el milagro de congregar ayer por la tarde a 350 periodistas y fotógrafos frente a la clínica, bastantes más de los que aguardaron el jueves la salida del calabozo de Isabel Pantoja. Su detención en La Pera le permitió a Buenafuente (Antena 3) hacer algunos buenos chistes, pasando de La Pera a La Hostia. "¿Nos puede acompañar?", le preguntaron a la Pantoja los policías ante la puerta de su chalé. "Claro", dijo ella, y se puso -según el relato de Buenafuente- a dar palmas.
Noche Hache (Cuatro) tampoco desaprovechó la noticia del día. Según Eva, Isabel fue detenida por no cantar la letra pequeña del llamado caso Malaya. Los guiñoles se despacharon a gusto sobre el asunto, aunque también vimos la imagen menos folclórica del fiscal del Estado, Conde-Pumpido, situando la detención en sus límites estrictamente penales. El sagaz reportero de Eva Hache Quequé puso el énfasis en el supuesto aviso subliminal que Zapatero habría hecho en Málaga horas antes de la detención. Ese oscuro lado político no preocupaba, sin embargo, a los tertulianos de TNT (Tele 5), que bastante festín tenían con los detalles mundanos del evento; tanto en esa cadena como en Antena 3 se les veía muy decepcionados por el hecho de que la Pantoja no hubiera bajado la ventanilla del coche que la devolvía a su casa desde los juzgados. Ni una palabra siquiera. A ellos, que le dedican tantas.
Arias Cañete, Astarloa, Ana Pastor, Basagoiti, hablando en la radio o en las televisiones en nombre de su partido, vieron la mano negra del PSOE en la inculpación judicial de la tonadillera. ¿Será la costumbre de creer que todos los poderes del Estado están sometidos al partido que gobierna? A veces, los representantes del pueblo muestran menos dignidad que las arpías televisivas. Con una diferencia: Lydia Lozano o Karmele Marchante cobran por despedazar. Astarloa o Arias Cañete despedazan para cobrar.
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