Gallardón ahora promete árboles

"Un millón y medio de árboles. Ni uno más ni uno menos". Ésta fue la promesa electoral que anunció ayer el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, que aspira a revalidar su cargo.

En este mandato, uno de los mayores reproches que ha recibido el regidor ha sido haber cortado miles de árboles para realizar sus obras. Sólo en la remodelación de la M-30, el equipo municipal ha reconocido haber talado más de 20.000 árboles. Ahora, promete plantar 1,5 millones de ejemplares nuevos, lo que supondría seis veces más que todas las plantaciones de sus cuatro años de gobierno: 250.000 ejemplares.

"No decimos un millón y medio por decir, sino que sabemos dónde los vamos a ubicar", afirmó el alcalde. El anuncio lo hizo ayer por la mañana durante su visita a la Cuña Verde de O'Donnell, un parque de extensión similar a la del Retiro, que unirá los distritos de Ciudad Lineal, San Blas y Moratalaz.

Gallardón llegó vestido de sport, con camisa azul, chaqueta verde y pantalón beis de pinzas. Pero pronto tuvo que cambiar esa imagen por otra más campestre. La lluvia había dejado su huella en forma de barro.

Ya con unas enormes botas de obra, el alcalde se reencontró con Thor, un bulldog inglés que conoció en su anterior visita a la zona. Se agachó para acariciarle y abrazarle mientras su dueña, Flory, le regalaba una foto firmada, sospechosamente, por el can. "Un ladrido, Thor", rezaba la instantánea. "Es mi perro preferido", dijo Ruiz-Gallardón. "Eso se lo dirás a todos", debió de pensar Thor cuando el alcalde, al ver que había otro grupo de perros, dijo: "Ésos también son muy bonitos".

Acompañado de la concejal de Medio Ambiente, Paz González, el alcalde subió hasta una pequeña colina en la que unos niños, ayudados por jardineros, cavaban agujeros para plantar árboles. "¿Qué árbol vais a plantar?", preguntó el alcalde. "Un pino piñonero", le respondió una niña. "¿Ha venido Aguirre?", le interpeló otra. La pregunta no llegó a su destino. "Así que un pino piñonero", dijo con interés Gallardón, mientras empezaba a cavar con una pala que acababa de recoger del suelo. "Anda, hija, ayuda al alcalde a plantar el pino" (el piñonero, se entiende), decía un padre que intentaba sacar una foto en cuclillas.

Tras la plantación, y en una carpa preparada para la ocasión, tanto la concejal como el alcalde explicaron a vecinos y periodistas su plan medioambiental. "Cuando concluyamos el proyecto, Madrid no será comparable a ninguna ciudad del mundo", aseguró la edil de Medio Ambiente. "El parque forestal de Valdebebas será más grande que Hyde Park [Londres] y Central Park [Nueva York] juntos".

Gallardón intervino después para asegurar que "Madrid no es la pradera inglesa" y agradecer "el constante azuzamiento vecinal". "La crítica y la reivindicación son, además de un privilegio, una necesidad. Esta ciudad no se entendería sin una mirada atenta de los vecinos", añadió.

Una vez concluido el acto, y tras dejar las botas, Gallardón se despidió de Thor -"es el que más me apoya", dijo- y se desplazó hasta el Palacio de Congresos de Ifema, en donde presentó a los candidatos del PP a la alcaldía de Madrid, uno a uno.

Allí estaban también el vicealcalde, Manuel Cobo, con collarín, y la concejal de Empleo y Servicios a la Ciudadanía, Ana Botella. Se estrecharon la mano y, mientras ella se dirigía a él con gestos calurosos, él permanecía con expresión hierática, ni se volvió siquiera a mirarla. Quizás por la inmovilidad del cuello.