Cinco muertos y cinco desaparecidos en un maremoto en el sur de Chile
El seísmo provocó olas hasta de seis metros de altura en un fiordo
Cinco personas murieron y otras cinco permanecen desaparecidas después de ser arrastradas por olas hasta de seis metros de altura, provocadas por deslizamientos de tierra y rocas que cayeron al mar en la zona de Punta Tortuga, en el fiordo de Puerto Aysén -a más de 1.300 kilómetros al sur de Santiago-, después de un seísmo de 6,2 grados en la escala de Richter, de 30 segundos de duración, en la tarde del sábado.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, y el ministro del Interior, Belisario Velasco, visitaron ayer la zona afectada, situada 1.320 kilómetros al sur de Santiago. En el lugar se registran desde el 22 de enero movimientos sísmicos con cientos de temblores, muchos imperceptibles, ocasionados por el magma de un volcán submarino, situado 200 metros bajo el nivel del mar en el fiordo de Aysén.
Equipos de rescate, carabineros, patrullas de la Armada y helicópteros del Ejército iniciaron la búsqueda de los desaparecidos. Entre las víctimas del seísmo, algunas de las cuales aún no han sido halladas, se encuentran miembros de una familia que vive en Punta Tortuga, dos personas que acompañaban una comitiva del alcalde de Aysén y trabajadores de empresas salmoneras.
Los deslizamientos de tierra y rocas hasta el mar, encajonado en los estrechos canales y fiordos en la zona, provocaron un "tren de olas", según la Oficina Nacional de Emergencias, que a su paso destruyeron pequeñas embarcaciones, viviendas y cultivos cerca de la costa y arrastraron árboles y personas.
El corresponsal del canal Chilevisión, Orlando Adriazola, que estaba en la zona colocando una antena, un minuto después que se había bajado de un bote captó las únicas imágenes de la marejada y huyó a los cerros cercanos. "Vimos que a un papá con su niña lo arrastró la ola y no lo devolvió. (...) Se nos vinieron encima árboles y algunas embarcaciones partidas por la mitad. Pensábamos que íbamos a morir en ese sector", relató.
Otro de los testigos y supervivientes fue el alcalde de Puerto Aysén, Oscar Catalán, que estaba con una comitiva en Punta Tortuga para entregar un equipo de radio a la familia de Evaristo Contreras, residente en el lugar. Mientras hablaban hubo un gran estruendo y la tierra se movió por el seísmo. "Vimos cómo se desplomaban los cerros y, de repente, vi cómo se formaba una especie de fumarola gigante en el mar", relató Catalán.
Todos huyeron pero sólo siete lograron subir un cerro cercano. "La ola pasó a nuestro lado, por eso logramos salvarnos", afirmó Catalán. Dos personas, Ricardo Figueroa y su hija Melissa, que integraban la comitiva, "fueron arrastrados por una ola impresionante de unos 15 metros", contó. "Desde la altura vi cómo a Evaristo y su familia (esposa, nuera y nieta), las olas los arrastraban y no pude hacer nada", agregó. Cuando pasó la marejada, el alcalde bajó hasta la playa pero no encontró a las personas: "No había rastros, sólo destrucción", añadió.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.