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Reportaje:

Un CSI gallego para la policía

Interior construye en A Coruña el primer laboratorio de ADN para el noroeste de España

En el quinto piso de la comisaría coruñesa de Lonzas la policía está construyendo su CSI gallego. Cuando el laboratorio de investigación de ADN esté operativo -el Ministerio del Interior calcula que será en 2008- evitará que las pruebas de los delitos cometidos en Galicia tengan que viajar a Madrid para ser analizadas, con lo que se agilizará el esclarecimiento de los sucesos en que los agentes hayan conseguido recuperar restos biológicos del delincuente o de la víctima. Y el reloj de las 72 horas -el plazo máximo de detención que estipula el Código Penal- empezará a correr más despacio para los agentes.

No será un ahorro menor. En la Jefatura Superior de A Coruña tienen grabado el caso de una agresión sexual denunciada en Vilagarcía. Con un sospechoso retenido en los calabozos de la comisaría, y el cronómetro de las 72 horas en marcha, un agente se vio obligado a desplazarse a Madrid, probeta en mano, para analizar los restos. "El funcionario viajó en avión para transportar la prueba personalmente y gracias a que conseguimos que la policía científica diese prioridad a ese estudio, logramos cotejar el ADN e identificar al culpable cuando ya expiraba el tercer día de arresto. El juez adoptó contra él una orden de prisión", relata Luis García Mañá, jefe Superior de Policía de Galicia.

Los agentes vaticinan una importante demanda de pruebas de paternidad
El servicio agilizará la investigación porque las pruebas no tendrán que enviarse a Madrid

"En el caso de los agresores sexuales o los homicidas -delincuentes que tienden a reincidir en sus conductas- la privación de libertad puede ser fundamental para evitar nuevas víctimas. Lo esencial, cuando tienes una investigación madura, es aportar pruebas contra el detenido para que no pase ni un minuto más en la calle", advierte Mañá.

Cuando a mediados del próximo año empiece a operar el CSI gallego, las carreras contrarreloj a Madrid serán innecesarias porque la Jefatura Superior de Policía establecerá desde A Coruña la urgencia de los distintos casos, priorizando los análisis de las pruebas que correspondan a delitos más graves o que generen una mayor alarma social.

Los forenses de las fuerzas y cuerpos de seguridad están convencidos de que el ADN ha sido su mejor aliado desde que se inventaron las huellas dactilares. La aplicación de los últimos avances de la biología a la investigación policial permite reproducir las pruebas recogidas en el escenario del delito y conservarlas en un banco de datos durante un período de tiempo ilimitado. Así que cualquier hallazgo de los agentes será determinante para encarrilar una investigación y señalar al sospechoso.

"Servirá con encontrar una gota de sangre del tamaño de la cabeza de un alfiler, o células de saliva en un cigarro o restos ínfimos de un tejido para determinar el perfil genético de una persona y compararlo con los historiales de la base de datos", anuncia el jefe de la Unidad de Análisis Científico de la Comisaría General de la Policía Científica, José Andradas.

A través de una compleja técnica bautizada como PCR, acrónimo en inglés de un término científico, los biólogos de la policía podrán multiplicar un número ilimitado de veces un fragmento de ADN en un tubo de ensayo. Con una sola molécula podrán generar 100.000 millones idénticas en unas cuantas horas de laboratorio. A partir de ahí, bastará con separar muestras para estudiar y custodiar el

resto en los archivos con los que cuenta la Policía Nacional de acuerdo con las garantías que exige la Agencia de Protección de Datos.

"En ocasiones las cantidades de ADN que se hallan en el escenario de un crimen son mínimas, si trabajásemos directamente con ellas nos estaríamos exponiendo a perder la muestra, algo que no nos podemos permitir", relata Mañá.

Bajo la supervisión de Andradas en la comisaría central de Madrid, se está formando el equipo de biólogos que trabajarán en el laboratorio de ADN analizando las pruebas que se remitan desde todas las comisarías del noroeste español.

Ni el Ministerio del Interior ni la Jefatura Superior de A Coruña se atreven a vaticinar qué porcentaje de casos abiertos se podrán esclarecer cuando se inaugure el nuevo laboratorio de ADN. Andradas recuerda que cada año se dan cientos de agresiones físicas, homicidios o asesinatos en los que la policía lleva a cabo recogida de muestras de tipo biológico. Pero el cometido del CSI gallego no se parará sólo en la justicia penal. Tal y como han sido concebidos, los laboratorios prestarán servicio a los tribunales civiles. Y en la Policía Judicial pronostican que se multiplicarán también las pruebas de paternidad.

Los 18.000 perfiles desconocidos

El laboratorio de la Jefatura Superior de Policía de Galicia en A Coruña es el quinto que pone en marcha el Ministerio del Interior, después de los que ya operan en la comisaría central de Madrid, en Barcelona, Sevilla y el que se abrió el año pasado en Valencia.

Con la colaboración de todos los centros el Cuerpo Nacional de Policía ha elaborado una base de datos con 18.000 perfiles genéticos, de los que el 95% corresponden a personas anónimas cuyo grado de implicación en los delitos nunca se ha podido determinar. En la actualidad, el 20% de las recogidas de ADN corresponden a perfiles genéticos ya registrados de personas que nunca han podido ser identificadas.

Para corregir estas disfunciones la Secretaría de Estado de Seguridad del Gobierno pretende valerse de una base de datos "nacional, única y dependiente del Ministerio del Interior" que unifique los archivos de la policía y la Guardia Civil que en la actualidad cuenta con más de 5.000 fichas.

En los últimos meses tanto la Ertzaintza como los Mossos d'Esquadra y la Policía Foral de Navarra han manifestado su deseo de incorporar su información al registro único, que permitirá distinguir entre la información de los asuntos de interés criminal y la que esté relacionadas con las personas desaparecidas y los cadáveres sin identificar. Con este objetivo, el Ministerio de Interior está ultimando un protocolo que deberán asumir los diferentes cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado para interactuar en el sistema.

El Instituto Nacional de Toxicología también tiene previsto sumar sus perfiles a la base de datos que pretende mejorar la eficacia policial en la lucha contra el crimen y el esclarecimiento de decenas de miles de expedientes abiertos que nunca nadie logró esclarecer.

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