El humo como metáfora
Kiti Manver celebra las 100 representaciones de la obra de Juan Carlos Rubio
No es precisamente humo lo que ofrece sobre el escenario del teatro Maravillas, de Madrid, la actriz Kiti Manver, interpretando a una periodista contradictoria y ex mujer de un terapeuta antitabaco (Juan Luis Galiardo). Humo es el título de la obra del joven cordobés Juan Carlos Rubio, quien también la dirige.
"El humo es una metáfora, muy oportuna, para hablar de cosas e ideas que nos venden sin ser necesarias". Algo que Manver relaciona con otro tema central de esta pieza, las adicciones: "No tanto la del tabaco, sino otras más duras, como la adicción a la mentira, a esas mentiras que nos envuelven para que no dejemos de ser consumidores... Hay que estar muy avispado, porque la mentira generalizada tiene a la televisión y otros medios como aliados".
"La mentira generalizada tiene a la televisión y otros medios como aliados"
Nacida en Antequera (Málaga), Manver (nombre artístico formado con las dos primeras sílabas de sus apellidos), dice de Humo: "Se inicia planteando una terapia en la que el público es parte de la misma y de repente aparece la cuarta pared y los espectadores se convierten en voyeurs del despedazamiento de una pareja", apunta de esta tragicomedia que arranca continuas carcajadas. "Pero también es una obra de profunda reflexión, y si hay una apología de la mentira es para denunciarla", señala de esta pieza de Rubio, que logró el Premio SGAE de Teatro 2005 con la unanimidad del jurado.
Manver, que no se considera una gran mentirosa y tampoco cae en la fantasía de pensar que nunca miente, confiesa que con el tiempo ha aprendido a decir las verdades dulcificándolas o incluso callándolas: "Entiendo que puede ser necesaria una máscara, claro que no tan grande como la de algunos políticos que meten unas bolas tremendas, y lo malo es que mucha gente se las traga, porque ¡mienten con tanta pasión!".
La misma que ella y Galiardo ponen para contar las mentiras que desfilan en Humo. "Pero el autor deja abierta una posibilidad a la esperanza en un epílogo que es la joya de la función", dice Manver, quien al principio de abordar este trabajo se defendía de su personaje tratando de hacerlo menos canalla. "Me dolía porque también es una feminista que reivindica cosas importantes para las mujeres, pero no se puede ir contra el texto, y aunque interpreto a una mujer inteligente y resuelta, también es fría, calculadora y llega a cargarse sus propios principios".
A sus 53 años, la actriz forma parte del exquisito grupo de actores secundarios del cine español, aunque también es una primera gran dama de la escena. Manver piensa que su oficio es de privilegiados: "Celebramos un rito y conseguimos que la gente lo consuma; todos tenemos la necesidad del directo y se haría más y mejor teatro si éste no fuera un país de chirigota en lo que a la escena se refiere. Si las administraciones no dan dinero, que al menos permitan fórmulas para que otros ayuden, ¡pero no! y encima no hay manera de que salga la puñetera ley de mecenazgo".
No oculta que también le gusta la televisión: "Pero deberían subir un poco el nivel del producto, sobre todo de esos programas que son auténtica burrería; la excusa de que le gusta a la gente es pura invención, desde hace mucho sabemos que al poder no le interesa que la masa sea muy culta".
Anoche, que Humo cumplía sus primeras 100 representaciones, con famosos en el patio de butacas, volvieron a celebrar el rito Manver y sus compañeros de reparto Gemma Jiménez, Bernabé Rico y Galiardo, para el que sólo tiene palabras de admiración: "Estoy aprendiendo latín con él, no sólo como productor y actor, sino como ser humano que a sus 67 años sigue dejándose sorprender", dice Manver, quien acaba de rodar con José Luis Garci Luz de domingo, basada en un relato de Pérez de Ayala, y que tiene en cartera dirigir un espectáculo de música, poesía y teatro con el CAT (Centro Andaluz de Teatro) con motivo de la celebración de los 400 años del nacimiento de Góngora. Todo ello compaginado con una estable vida privada, que el teatro no ha destruido: "También nos lo hemos currado", dice de ella de su pareja, que mantiene desde hace 28 años.
