_
_
_
_
Reportaje:

Basuras bajo control

Sigfito instala 1.600 puntos para recoger envases agroquímicos

Tradicionalmente, cientos de miles de envases de productos agroquímicos se abandonaban en el campo, se quemaban o iban a parar, en el peor de los casos, a los cauces de los ríos. Hoy, con la actuación de la empresa Sistema Integrado de Gestión (Sigfito), una parte muy importante de ese material contaminante es depositado por los agricultores o ganaderos en más de 1.600 puntos de recogida, distribuidos por todo el territorio nacional, para su posterior tratamiento y reciclado.

Los fondos destinados a la gestión de los residuos depositados en los puntos de recogida se sitúan en torno a los 3,5 millones de euros
Los fabricantes y los industriales gravan el coste del reciclado en los envases que luego pagan los agricultores en el precio final de venta

Sigfito no es una ONG al servicio del medio ambiente en el sector agrario, sino el resultado de un compromiso tácito entre fabricantes de productos agroquímicos y consumidores con el objetivo de que ambas partes cumplieran con sus obligaciones en materia de medio ambiente. Inicialmente fueron una veintena las empresas que se acogieron a este proyecto, y en la actualidad ese número ya se ha ampliado hasta un centenar, entre las que se incluyen los fabricantes más importantes.

Según los datos manejados por Sigfito, los fondos destinados a la gestión de estos residuos se sitúan en torno a los 3,5 millones de euros. Los fabricantes y los industriales gravan el importe de ese coste en los envases que, al final, pagan los agricultores en el precio final de venta. La tarifa a gravar por un kilo de plástico colocado en el mercado se eleva a 0,68 euros, mientras que en el caso del papel o cartón el precio por kilo es de 0,55 euros. Ello supondría que una garrafa de cinco litros, con un peso del plástico de 250 gramos, equivale a 0,72 euros de sobrecoste por la recogida y el reciclado.

Las razones de Sigfito se hallan en el uso incorrecto que se hacía en la mayor parte de los casos de unos residuos de envases peligrosos en el sector agrario. Los orígenes se remontan al año 2001, cuando por un real decreto se obligaba a todas las partes a una correcta gestión de este tipo de residuos peligrosos. A los fabricantes y distribuidores se les exigía el desarrollo de un mecanismo para asegurar la recogida de los envases, bien de forma individual o colectiva. Por su parte, a los agricultores se les obligaba a realizar una correcta gestión de los residuos de acuerdo con el respeto al medio ambiente. En la actualidad, el sistema supone la existencia en el medio rural de más de 1.600 puntos de recogida ubicados en establecimientos de venta, cooperativas y puntos dispuestos por cada municipio.

Marcos diferentes

Según la directora general de Sigfito, Rocío Pastor, el proceso no ha sido fácil, tanto por la progresiva incorporación de los fabricantes al sistema como por la necesidad de coordinar el proceso en todas las comunidades autónomas, ya que cada una dispone de un marco legal diferente para la implantación de este sistema. Para la responsable de la firma, tras esta fase ahora toca conseguir la máxima eficiencia y lograr que el 100% de todos los residuos de los productos que utiliza el sector agrario sean depositados en los contenedores dispuestos para ese fin.

Según los datos manejados por el sector de agroquímicos, anualmente se consumen en España unas 150.000 toneladas de este tipo de productos, que generan entre 6.000 y 7.000 toneladas de todo tipo de residuos, desde cartones a bidones de metal, y especialmente envases de todo tipo de plásticos. Sobre ese volumen de residuos, en 2006 se recogieron 2.041 toneladas de envases, lo que supone aproximadamente una tercera parte del total, y con un crecimiento anual del 42%. Este porcentaje está muy por debajo de otros países comunitarios, como Alemania o Francia, donde este tipo de actuaciones se inició mucho antes que en España y donde la recogida ya supera el 60%.

Envases de productos agroquímicos de la compañía Sigfito.
Envases de productos agroquímicos de la compañía Sigfito.

Casi todo vale para reciclar

Las dos terceras partes de todos los envases recogidos por Sigfito fueron reutilizados mediante un proceso de reciclado, un 22% se utilizó como energía para las fábricas de cemento o incineradoras de residuos y, finalmente, un 10% se tuvo que enviar a depósitos especiales ante la imposibilidad de ser reciclado por tratarse de cartones y papeles impregnados de productos fitosanitarios.

Del total de residuos de envases recogidos en el sector agrario, aproximadamente el 80% -más de 1.500 toneladas- lo constituyen los plásticos, que se envían a plantas para su lavado y triturado para obtener a partir de esa materia prima diferentes productos, como macetas, tubos u otros diferentes objetos. El mismo proceso se sigue con los objetos de metal con su reciclado.

En el caso de los bidones de metal de 200 litros, por lo general, se procede a su lavado para ser utilizados nuevamente como envases para productos fitosanitarios.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_