Polonia, dispuesta a permitir que la UE negocie con Rusia

Las gestiones de la canciller alemana, Angela Merkel, y del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, con los dirigentes polacos -los gemelos Lech y Jaroslaw Kaczynski- empiezan a dar sus frutos. Las autoridades polacas "han dado señales" de que podrían levantar el veto que impide a la Unión iniciar las negociaciones para renovar el Acuerdo de Asociación y Cooperación con Rusia, que vence el 1 de diciembre.

Si el veto se levanta, la próxima cumbre Rusia-UE de mediados de mayo, que se celebrará en la ciudad rusa de Samara, podría ser el escenario para el inicio de las negociaciones, especialmente importantes para Europa, para asegurar el suministro de petróleo, gas y carbón, de los que Rusia es un proveedor estratégico.

El portavoz del Ejecutivo comunitario, Johannes Laitenberger, precisó ayer que "la Comisión Europea ha recibido indicaciones de las autoridades polacas de que Polonia está en disposición de dar su apoyo al lanzamiento de las negociaciones como contribución a una solución global a las cuestiones abiertas entre la Unión Europea y Rusia". Laitenberger relacionó directamente el cambio de postura con los contactos mantenidos entre Merkel y Barroso con los gemelos Kaczynski.

El portavoz comunitario comentó que la Comisión "está obviamente contenta con esta orientación muy constructiva de las autoridades polacas". El pasado martes, en la reunión de embajadores de la Unión Europea, el representante de Polonia mostró su disposición a levantar el veto, lo que representó un claro cambio de posición desde el pasado noviembre. Por su parte, el primer ministro polaco, Jaroslaw Kaczynski, destacó "el gesto de buena voluntad" de su Gobierno para facilitar un acuerdo, pero recordó que todo dependía de la actitud de las autoridades rusas.

Posteriormente, Barroso manifestó: "Los últimos desarrollos de los acontecimientos son positivos, van en la buena dirección, pero en este momento no se puede dar todavía una respuesta concreta de cuándo van a empezar las negociaciones".

Oficialmente, Polonia puso el veto a iniciar las negociaciones para renovar el acuerdo con Rusia el pasado otoño en represalia al embargo decretado por el Gobierno de Moscú a las exportaciones de carne polaca alegando problemas fitosanitarios. En el fondo, el malestar de Varsovia era mucho más profundo y acusaba a Europa, y especialmente a Alemania, de falta de solidaridad y aislamiento en el aprovisionamiento energético. La construcción de un nuevo gasoducto entre Rusia y Alemania, pasando por el Báltico y bordeando Polonia, desencadenó la crisis.

El veto impidió que las negociaciones se iniciaran a finales de noviembre en Helsinki en el marco de la cumbre UE-Rusia, tal como estaba previsto.

Plena solidaridad

El Ejecutivo comunitario ha dado repetidas garantías de "plena solidaridad" en el conflicto de la carne, como ayer volvió a recordar el portavoz comunitario. En este sentido, técnicos comunitarios han participado en varias misiones para comprobar la calidad de la carne de Polonia.

El portavoz de Sanidad, Philip Tod, explicó ayer que el pasado jueves la Comisión envió a Moscú un escrito con las respuestas a los interrogantes que habían planteado los inspectores rusos tras sus verificaciones sobre el terreno. Tod precisó que "con las informaciones que les hemos suministrado pueden levantar el embargo sobre Polonia". Las autoridades rusas se han comprometido a responder en una semana.