100 horas

La médica interna residente (MIR) que estuvo ayer de guardia conmigo ha cumplido su hora de trabajo semanal número 100 esta misma mañana a las ocho, tras lo que se quedará siete horas más (31 horas seguidas desde ayer y 55 horas de trabajo en total desde el viernes a las ocho de la mañana), sin haber dormido una hora completa durante esta pasada noche por causa de un accidente de motocicleta, para volver mañana a las ocho de la mañana al tajo con una sonrisa, a la consulta a cumplir, al menos (con las siete de hoy), las 35 horas semanales que cumplen otras muchas profesiones.

Eso sí, muchas de las horas -demasiadas- han sido nocturnas, nada comparable con otras muchas profesiones en responsabilidad y descansos posteriores. Como ven, la jornada laboral supera claramente los límites recomendados por la directiva europea. Y le puedo asegurar que un porcentaje altísimo de los que hoy sustentamos el Sistema Nacional de Salud, o el de sus autonomías tras las transferencias, nos hemos visto en la tesitura de las 100 horas alguna semana durante nuestra formación como médicos especialistas. El "síndrome del médico quemado" hace lógicamente mella en muchos de nosotros en algún momento de nuestra vida.

Esperemos ese gran cambio que establecerá una jornada ordinaria máxima de 37,5 horas semanales, y una jornada máxima total (incluyendo guardias) no superior a 58 horas semanales hasta el 31 de julio de 2007, 56 horas semanales hasta el 31 de julio de 2008 y 48 horas semanales desde el 1 de agosto de 2008, cambie la situación laboral de estos médicos y dé cumplimiento a la Ley del Estatuto Marco y a la normativa comunitaria.

Puesto que hay tanta falta de profesionales médicos, ¿no sería lógico ofrecerles unas condiciones de trabajo dignas y no las actuales? El eslogan "Llevo 32 horas de guardia, ¿te opero?", lejos de ser alarmista, es únicamente la punta del iceberg en esta vorágine de profesión médica actual.