Dar el salto empresarial
Los gallegos son más emprendedores y crean más empresas que los vascos, los navarros o los valencianos
Hombre, 42 años, con estudios de grado medio o superior, vive en la ciudad y percibe una renta mensual de 1.800 euros. Es el retrato robot del empresario gallego que se decide a constituir su propio negocio, aunque es sólo un perfil orientativo del Estudio GEM, un proyecto de la Confederación de Empresarios de Galicia, la Universidad de Santiago y BIC Galicia, que evalúa la creación y el impacto de las nuevas empresas. En realidad, cuatro de cada diez emprendedores son mujeres, y es a partir de los 34 años, tras alcanzar cierta estabilidad económica, cuando los gallegos empiezan a interesarse por crear su propia empresa.
Sólo un 16% de los jóvenes se anima a comenzar el forzoso periplo bancario al que se ven abocados los emprendedores, gente con ideas pero sin financiación. Los bancos son la opción que eligen seis de cada diez, el 19% consigue ayudas gubernamentales y un 16% se ve obligado a recurrir a los ahorros familiares.
Hombre, 42 años, con estudios, que gana 1.800 euros al mes, son las señas del emprendedor
Ocho de cada diez nuevas empresas cerraron por mala planificación o gestión y falta de apoyo
El estudio concluye que los gallegos gastan más que el resto de españoles cuando inician su aventura empresarial: la media asciende a 57.000 euros destinados al primer empujón, una cifra considerablemente superior a la media española, que ronda los 40.000. Si bien es cierto que el 70% de las empresas recién nacidas (también llamadas start ups) no necesita más que esta última cifra.
En cualquier caso, la financiación es el problema más acuciante, según denuncian los 32 expertos encuestados en el estudio. La siguiente queja más común es la burocratización de las ayudas públicas. Los especialistas opinan que es necesario que las instituciones coordinen sus esfuerzos para conseguir ser más eficaces y reducir los excesivos trámites.
"En Galicia el balance en cuanto a actividad emprendedora es positivo, pero no brillante", señala Ignacio de la Vega, director del proyecto en España. La economía gallega se sustenta no en las grandes empresas, sino en las pymes, que son las que consolidan el tejido empresarial. Un 82% de las compañías no llega a la contratación de diez empleados y esto "crea problemas de supervivencia y se mueren más", explica De la Vega.
A la hora de promover empresas, Galicia se sitúa por debajo de comunidades como Madrid, Cataluña y Extremadura. En cambio, los gallegos emprenden más que los vascos, los navarros y los valencianos. Es más, la media en la Comunidad es mayor que la de países como Alemania, Francia e Italia lo que, según el estudio, denota el "notable esfuerzo" que Galicia está haciendo en relación a otras regiones e incluso otras naciones europeas.
A pesar este crecimiento de negocios nacidos en Galicia, es bajo el porcentaje de población que tiene en mente iniciar un proyecto empresarial en un futuro próximo: un 4,65% frente al casi 6% de la media española. Estas cifras pueden estar relacionadas con el miedo al fracaso. Los empresarios consolidados aconsejan a los principiantes no tenerlo nunca, confiar plenamente en el proyecto y defenderlo a capa y espada. Sin embargo, la valentía es más difícil de mantener cuando se está empezando; al menos es lo que refleja el estudio, que señala que ocho de cada diez emprendedores teme fracasar en el intento.
Entonces, ¿por qué emprender si sólo en 2005 se cerraron en Galicia 25.569 iniciativas de negocio? A pesar de que ocho de cada diez empresas cerraron por mala planificación, mala gestión o falta de apoyo, la mayoría de los emprendedores se decide porque ve una oportunidad de negocio, planifica el ejercicio e intenta conseguir financiación. Más de la mitad lo hace por tanto motivado con su propuesta.
El estatus social es otra de las razones que esgrimen los nuevos empresarios para acometer su proyecto, aunque un 14% reconoce hacerlo por pura necesidad. Casi el 50% de los gallegos no percibió en su momento ninguna oportunidad para invertir en el territorio de la Comunidad autónoma. Este dato es relevante: es el nivel más bajo de percepción en todas las comunidades autónomas que participaron en el estudio.
Ignacio de la Vega resalta su optimismo. "La sociedad empieza a valorar la actividad emprendedora, que es la mayor generadora de empleo", asegura el director. Pero para ello hay que incidir en la educación. "En Galicia es necesario hacer un esfuerzo en la formación del espíritu emprendedor". Es decir, educar y enseñar a ser creativos a los más pequeños, que son quienes tomarán el relevo de la carrera empresarial en los próximos años.
El Día del Emprendedor contó el pasado jueves en Santiago con un elenco de expertos en la creación de empresas. Muchos de ellos lo son en carne propia, porque empezaron de la nada, han conocido el éxito y hoy están al frente de proyectos en auge, con dimensión y ambiciones de auténticas multinacionales.
"Esto es una cosa de locos", es la frase que escucharon muchos emprendedores cuando en los años 90 se lanzaron a la aventura empresarial. "Cuando yo empecé, no había esta sensibilización social", recuerda Beatriz Legerén, presidenta de Interacción. "Tuve todo en contra, hasta la familia. Fueron tiempos difíciles". Si en algo están de acuerdo los empresarios gallegos es en que los comienzos son complicados. José Ramón García, presidente de Blusens, una compañía de electrónica nacida en Santiago, recuerda sus inicios. "Empezamos con 3.000 euros de capital", explica, para después anunciar la cifra de facturación que han alcanzado en sólo cuatro años de vida: "Ahora facturamos 60 millones de euros".
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